Eran tan parecidos y tan diferentes, él quería lo mejor para el coronel, para su entidad, pero Christopher no entiende que sentarse a esperar también es de sabios y que por primera vez en su carrera como ministro, Alex no sabía cómo proceder.

Esta era la parte más difícil del cargo, sentarse detrás del escritorio e idear cosas a las carreras. ¡Nadie esperaba un puto enfrentamiento entre clanes! Por otra parte, estaba Rick.

Alex no le ha llamado a su amigo, pero supone que ya debe saberlo todo. Ya se lo imagina lamentando la recaída de su primogénita. Hija que el ministro sacó del exilio y ahora está nuevamente hundida en la mierda.

Repara el ajedrez sorprendido por la astucia de Antoni al moverse tan bien estando preso, ya la mafia no es como antes. Ahora tiene gente en todos lados, hasta en la misma FEMF y el ministro no puede confiar en nadie. Asuntos internos está tomando partido y el consejo está joda que joda poniéndolo contra las cuerdas.

El concejo se apodera de su oficina y él por muy abatido que este se endereza en su asiento. El concejo de la FEMF es un grupo de ex miembros importantes. Generales, ex ministros con los apellidos más influyentes de la rama judicial. Entre esos están los Morgan, los Lyons, los Lewis, uno que otro Miller. Los Müller y varios apellidos más.

—Ahora no tengo tiempo para sus sandeces —espeta el ministro enojado. 

—¡Tenemos alerta roja! —avisa Joset apoderándose de su teléfono de mesa—. Hay que formar maniobras de defensa, nos acaban de avisar que están colocando detonadores alrededor de Irons Walls.

El ministro se levanta y se apresura afuera seguido de toda la junta. Gauna esta formando soldados y cargando armas. La FEMF sabe lo que desencadena la salida de ese demente. 

—¿Christopher ya se puso en contacto? —le pregunta el ministro al general.

—Sí señor —responde el moreno con las manos en la espalda.

—¡¿Y hasta ahora me lo dices?! —inquiere molesto— ¡¿Que mierdas dijo?! ¡¿Donde diablos esta?!

Gauna se tensa, trabajar con dos Morgan al tiempo le quito la esperanza de volver a tener cabello, traga grueso cuando el ministro golpea la pared en un acto de extremo desespero.

—¡¿Qué dijo?! —indaga de nuevo.

—Lo resumiré en que todo se fue a la mierda.

*

Ali Mahala venía de una creencia donde desde pequeños te inculcan que se debe morir por el régimen, los Halcones negros se fundó siete generaciones atrás y hace cuatro se ligó a la de los Mascherano. Braulio y el padre de Ali tuvieron alianzas, la hermana menor de Ali fue esposa de Antoni antes de que Isabel la matara y aunque en un tiempo quiso romper lazos con el italiano sabía que la deuda de los Mahala con el clan era tan alta que prefirió dejar la revolución y servirle a enfrentar una sangrienta persecución con uno de los clanes más peligrosos del mundo.

Tampoco hay que quejarse, Antoni le ha dado poder y ha convertido su grupo en uno de los más apetecidos de la mafia. Ya no tiene que recluir gente a la fuerza, ahora las personas se enlistan por dinero y tal cosa le permite tener contactos y gente en todos los continentes.

Las camionetas se ponen en marcha, el grupo carga ametralladoras, clasifica granadas, se preparan los explosivos y se afilan los cuchillos. Los Halcones atacan en manada y como un grupo delictivo tiene la ventaja de esparcir el pánico con la mera presencia.

Sera un golpe doble donde pelearan el puesto.

No hay presentaciones, pases ni treguas. El grupo simplemente derriba desde la retaguardia y mientras uno se abren camino en la zona industrial otros usan maniobra de distracción en la prisión con el objetivo de que Antoni se mantenga en contacto. Las celdas arden, los prisioneros se revelan y el líder festeja el espectáculo que da su grupo.

LUJURIA  - (Ya en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora