XLVI

8.2K 749 62
                                    

— ¿En dónde está Drácula?—pregunte a James, Owen nos había ofrecido su oficina para que lográramos hablar, él hablaría con su hija

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿En dónde está Drácula?—pregunte a James, Owen nos había ofrecido su oficina para que lográramos hablar, él hablaría con su hija.

— busca a su hermano.

— ¿y Carlo?

— él ya no existe.

— ¿a qué vino?

— a pedir perdón y a enmendar mis errores, quiere que vengas conmigo y Eliza, quiero que estés a mi lado, hija.

— ¿hija? ¿Qué espera de mí con esas palabras? ¿Que corra a sus brazos y llore? No lo quiero cerca, no quiero saber nada de usted, lárguese y no vuelva, olvídese de la niña que usted mismo alejo, porque yo e olvidado a la farsa de padre que me toco.

No necesitaba hablar mucho con él, no necesitaba nada de la persona que ahora quería ser llamado padre, lo que haces se regresa, él me rechazo y me negó como su hija, yo lo negare como mi padre.

Me mantuve todo lo que transcurría del día en el jardín. ¿Por qué Drácula aún no volvía? mi cabeza formulaba la idea de que rompió su promesa, pero sabía que eso no pasaría, él me buscaría y toda esta pesadilla acabaría.

— Jade—levante la mirada y sonreí al ver a Owen, en sus manos traía dos copas — está empezando a anochecer, te traje esto para que tu cuerpo tome un poco de calor.

Owen me entrego la copa.

— el vino no es mi bebida favorita, tendré que rechazar-

— bébela y luego saboréala, no me gusta tomar solo.

No quería tomar vino pero no quería hacerlo sentir rechazado.

Tome el vino sintiendo como raspaba mi garganta, este tenía un sabor diferente a comparación de otro que había probado.

Hice una mueca al acabar.

— ¿qué tal supo?—preguntó.

— bien...—mentí.

— sé que te parecerá fastidioso que saque el tema pero... Créeme cuando te digo que te amo y que desde que mis ojos te vieron no dejaron de pensar en ti. Quiero protegerte Jade...

Lo mire, no importaba cuantas veces lo dijera yo no podría corresponder a sus sentimientos, ya me había cansado de decir lo mismo, así que preferí quedarme callada.

Su mano tomo mi mentón con suavidad para que lo viera, tome su mano y la parte con delicadeza.

— no me gusta que me toquen, espero no sonar agresiva pero prefiero guardar distancia.

— está bien...—Owen sonrió, me aparte y me levante, al hacerlo sentí un ligero dolor de cabeza.

— ¿Estás bien?—preguntó Owen levantándose preocupado.

La Institutriz de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora