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 Drácula Collins

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Drácula Collins

Era tan difícil estar de pie y respirar sin esa persona que me animaba cada día.

Al llegar al palacio observe a Amelia quien se encontraba recostada en la pared, al verme se levantó y sonrió de lado.

— Collins... —murmuro levantándose y llegando hasta mí.

— Amelia...

—Carlo te espera dentro junto a William, te encantara la noticia, después de todo ayudar a bastardas es lo tuyo...

Su comentario no me importo en lo más mínimo, al entrar al palacio una mujer me guío hasta donde se encontraban.

—Drácula, me alegra que hayas llegado, tenemos que hablar de un tema importante.

Observe a William, él se encontraba observando una jarra con un olor de sangre muy fuerte e incluso conoció.

—dime que sucede, necesito irme...

— quiero que ayudes a William.

— ¿en qué debo ayudarlo?

—Hada... ha desaparecido...

Era la razón por la cual William se encontraba distraído, entendía lo que era no encontrar a esa persona importante, a esa persona que había entrado a tu vida para lo que tú suponías era quedarse.

Nunca pedí más de lo que tenía, me conformaba con lo poco que mi padre me había enseñado a tener.

Pase dos días buscando algún rastro de Hada, algo me decía que ella no había desaparecido, había huido y que William era consciente de ello. La seguridad en el palacio había aumentado. El rostro de William se había pagado y ya no bebía nada de sangre, eso lo terminaría matando.

—No tienes que ayudarme...—murmuro.

—esta búsqueda es absurda, ¿sabes en donde se encuentra ella?—su mirada seguía perdida, como si de alguien sin vida se tratase.

— no...

— ¿qué sucedió? estoy aquí desde hace dos días y no sé la razón por la cual huyo.

— Carlo lo sabe....

— ¿de qué hablas?

— huye en cuanto puedas... Porque yo no seguiré con esto, no sigas con la búsqueda y márchate.

William se dio la vuelta caminando hacia el palacio.

— ¡William tienes que decirme lo que sucede!—grite provocando que se detuviera.

— sé lo de Lowell y Sofia... pero Hada sabe algo más... por favor Drácula, huye ahora porque después no podre ayudarte.

Apreté mis puños a los costados al escuchar decir los nombres de mis hermanos.

La Institutriz de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora