XLIV

8.5K 813 98
                                    

 Ahora entendía, sabía que un conde no podía llevarse de la nada a una institutriz

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ahora entendía, sabía que un conde no podía llevarse de la nada a una institutriz. Todo estaba planeado.

No importaba que, para mí James seguiría teniendo la culpa de cada una de mis desgracias, ser su hija me había condenado a vivir en el dolor y enamorarme de Drácula a la muerte.

No importaba que pasara... el resultado sería el mismo, mi muerte o la de mi padre. Pero no estaba dispuesta a tomar ninguna de las dos. La muerte de Carlo era lo principal, si él moría William se quedaría con todo siendo él el único y verdadero rey.

Tengo que encontrar a mi padre, él debe ayudar a Drácula.

— ¡JADE!— detuve mis pasos y mire a Arthur quien bajaba los escalones apresurado, al llegar a mi rodeo sus brazos en mi cintura y me apretó con fuerza— no vuelva a irse, por favor. Su presencia en este lugar me es agradable, dejo de ser un hogar cuando partió con el conde Drácula, ahora que ha vuelto este lugar tomo la vida que una vez perdió ante su partida.

— Yo también te he extrañado— dije agachándome hasta quedar a su altura— no sabes cuantas noches soñé con volver a verte, me hace feliz ver que ya has crecido— dije recordando que era un tanto más pequeño.

— dígame que no volverá a irse y se quedara con nosotros, mis oídos anhelan escuchar que se quedara.

— me quedare por un corto tiempo, no puedo permanecer siempre aquí— el rostro de Arthur cambio drásticamente, frunció el ceño y me soltó.

— volverás a dejarme...

— siempre estarás en mi corazón, pequeño.

— me olvidaras...

— Jamás lo haría...

— ¡TE IRAS DE NUEVO CON ÉL Y ME DEJARAS SOLO! ¡IGUAL QUE HIZO MI MADRE!

Amplié los ojos al escucharlo, su respiración se volvió agitada.

— Arthur...— ambos seguimos la dirección de donde venía la voz.

Arthur miro a su padre furioso.

— esto es tu culpa, las mujeres que más he amado se van y todo es por tu culpa, siempre las lastimas...—hablo Arthur en dirección a su padre. 

— Arthur, ve a tus aposentos y piensa sobre lo que has dicho, no salgas hasta que te lo ordene.

Arthur siguió las órdenes de su padre sin mirar atrás, mire al piso pensando en lo que dijo.

— Jamás lo pregunte... y lo único que mi madre dijo fue que ella murió de una enfermedad, ella lo dijo, pero dijo tantas mentiras que estoy segura qu-

— sabe que la considero de la familia, pero ese no es un tema que le incumba. Vea, oiga y calle, solo así vivirá en paz. Eso decía mi padre, hay temas en los que es mejor estar alejado, Jade.

La Institutriz de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora