—Si señor —le dedica un saludo militar antes de marcharse.

—El general James está por llegar —avisa Gauna— ¿Pido que lo envíen a su oficina cuando llegue o....?

—No sé —inquiere molesto— Déjame revisar la agenda donde anoto el rumbo de la gente que envió a buscar con carácter urgente para luego deducir si quiero que me visiten o no.

Gauna no contesta, simplemente pide permiso para retirarse.

Rick James fue colega del ministro y muchas de sus victorias fueron juntos y gracias a él, es uno de los mejores rastreadores y al igual que Alex no le importa reintegrarse al sistema cuando la entidad lo requiere.

—Quiero a los capitanes, sargentos y tenientes disponibles en mi oficina para una junta de reestructuración —ordena Alex antes de marcharse— Usted también, coronel.

Entrego el armamento mientras Angela me pone al tanto de las últimas novedades. El Óculos está cerrado, el centro está quieto y el único que parece tener buen avance es Parker que viene en camino con un supuesto hijo de Danna.

—La mafia está desesperada —comenta Ángela mientras nos aventuramos por el pasillo— El óculos y el centro son piezas claves que generan dinero y todo está congelado gracias a la FEMF...

Se calla cuando ve a Gema acercándose con Liz.

—Lo espero en la oficina del ministro —se adelanta sin ocultar que le incomodan ambas mujeres.

—¿Sigues con lo mismo? —le pregunta— Un error lo comete cualquiera ¿Vale?

—Los errores no están permitidos en nuestra profesión... —se suelta y Liz rueda los ojos.

—Hola —me saluda Gema— ¿Hallaste algo?

Niego, quisiera dar respuestas positivas no tanto por ella si no por mí que estoy a nada de perder la única figura materna que tuve.

—Alex está convencido de que en Londres no hay nada así que marcharemos a Rusia...

—Yo voy, no puedo seguir de brazos cruzados.

—Vas a tener la cabeza en otro lado y da igual si estás aquí o allá.

—Lo sé, pero Liz me dará apoyo.

—El ministro lo está esperando —me llama uno de los cadetes.

—Si vas necesito que te comportes como un verdadero soldado —le advierto antes de entrar— Lo menos que quiero son regaños o sanciones por parte del ministro.

—Vamos a lavarte la cara para que no noten que has estado llorando —se la lleva Liz.

Gauna, Patrick, Meredith, Simón y Angela ya están en la oficina, me quedo de pie mientras Patrick explica y resume las últimas novedades.

Calla cuando Gema interrumpe, la lavada de cara no sirvió para nada porque sigue con los ojos hinchados y parece que se desmoronara en cualquier momento tanto que Meredith se levanta a darle la silla y Liz se queda cuidandole la espalda.

—Continua —le pide Alex a Patrick.

—Decía que...

—Luisa Banner quiere verlo —avisa la secretaria.

—¡¿Es que acaso no notas que estoy ocupado?! —el ministro empieza a molestarse.

—No le quitaré mucho tiempo, señor —se asoma Luisa— Es importante...

—Estoy en un operativo de búsqueda, Banner.

Se atreve a entrar provocando que Alex se tense en la silla mientras Simón le hace señas a su esposa para que se vaya.

LUJURIA  - (Ya en librerías)Where stories live. Discover now