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Tom posaba sus cuencas sobre Tord, quien miraba sus típicas, para él, revistas porno.

El de rojo mantenía sus pies sobre el respaldo del sofá, quien al notar la mirada de Tom, se incomodó.

-Hey, ¿podrías dejar de mirarme, estúpido?- rechisto, para luego colocar sus cabellos en la cabecera del cómodo mueble, siendo solo visible para el de azul la portada y la contraportada de su revista.

-¿Yo mirarte?- preguntó con sarcasmo, negándose, sacando de las manos de Tord su hentai- ¡¿Qué son estas porquerías?! No entiendo de donde le ves lo bueno a monas chinas caricaturizadas- reclamó.

El de cabello de cuernos inmediatamente se lo quito, para luego lanzarle una mirada de molestia.

-¿Y a ti qué te importa?- nuevamente comenzó a hojear las páginas, llevando sus pies a las piernas de Tom.

El contrario rápidamente empujó los pies de Tord al suelo, provocando que el otro casi se cayera.

-Si tanto quieres saber te prestó algunas- observo a Tom mientras nuevamente colocaba sus pies sobre él, quien hizo una cara de asco al escucharlo.

Tord rio, regresando a su actividad lasciva.

¿Tranquilidad?

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