75.1

344 40 75
                                    

El sonido de las balas eclipsa por completo los pasos de nuestras botas que marchan por el lodo junto a los gritos de guerra y de agonía que, para mi desgracia, son de aquellas personas que nunca me atreví a llamar amigos. Todos avanzamos rápidamente hacia adelante como si estuviéramos locos; disparando hacia los árboles y usando todo lo que pudiéramos como escudo sin importar si son los cuerpos de nuestros compañeros caídos.

Las explosiones que retumban fuertemente a mi alrededor provocan que me aturda y acobarde, pensando en lo bueno que sería si me tumbara al suelo y fingiera estar muerto. Aunque muy probablemente moriría de igual forma...

Demonios, no puedo suspirar ni pensar como llegue aquí, justo ahora; me costaría la vida.

― ¡Mierda! ― escuche una queja al lado mío.

Gire a la derecha y pude ver a un compañero tratando de cambiar su cartucho inútilmente, golpeando el arma constantemente en un intento desesperado de que este saliera. No se había dado cuenta de que su mano estaba completamente destrozada, al punto de ahora no ser más que un estorbo de carne.

Estiré un brazo para alertarlo, pero en cuanto estuve a punto de alcanzarlo, una bala impacto en su cabeza y pronto salió de mi vista. Trague saliva. No necesito mirar atrás para saber su estado ahora. Entonces mire hacia adelante sin siquiera pensarlo dos veces.

La situación no es de lo mejor, la desventaja es clara. Estamos realmente locos al creer que la mejor opción para escapar es cruzar este camino, aun sabiendo que hay enemigos en los árboles de nuestro alrededor y que la lluvia entorpecerá nuestra carrera y, peor aún, no nos veo saliendo de esta base vivos.

Nuestro error fue subestimarlos, eran demasiados, más de los que había en el reporte. El error fue tan grave que ya habían caído dos escuadras en tan pocos minutos y, mientras tanto, mi escuadra, encargada de robar unos documentos, nos redujeron a la mitad durante la huida. Se supone que mi equipo no lucharía, pero henos aquí, siendo masacrados.

¡Uf! Sería mentira decir que no tengo miedo o el que muchos aquí no lo tienen. Nada está en los planes y ahora me pongo a pensar si alguna vez lo estuvo.

Debido a esto el sargento envió señales de ayuda que, tan pronto como fueron remitidas, hubo una respuesta.

"Cumplan la misión. Mueran por la causa.".

A la mierda la causa, a la mierda la misión y que se vaya más a la mierda recuperar mi reputación. No quiero morir.

― ¡Idiota, ¿qué estás haciendo?! ¡¿Quieres morir?! ― gritaron oportunamente en mi dirección, pues, contrario a mis deseos, he desacelerado mi paso.

Claro que no quiero morir, pero estoy cansado. He caminado durante horas; corrido durante pocos minutos, pero jodidamente infinitos; mis ojos están irritados; la lluvia me incomoda y mis pulmones no dan para más. Pero eso no importa. Obligo a mi cuerpo a acelerar el paso.

Quiero volver a mi puesto de guardia...

Avance hasta el costado del soldado que me gritó. Solo así pude sentirme un poco más seguro; después de todo nadie débil o inseguro tiene el suficiente tiempo para prestarle atención a tu propio equipo mientras cuidas tu cabeza en esta situación. O eso quiero creer.

Cuando por fin lo alcancé y estuve a su lado, capté que se trataba del cabo primero de mi escuadra. Sorprendentemente, su mirada continuaba siendo la que era desde un comienzo.

― ¡No se queden atrás! ¡Avancen, avancen! ― volvió a vociferar sin dejar de disparar a los enemigos con una puntería que es digna de envidiar.

Los soldados que se habían quedado atrás como yo aceleraron sus pasos en cuanto lo escucharon, recobrando la actitud que poco a poco hasta ahora habían perdido al ver tal escenario desbalanceado. Enderezaron sus espaldas y abrieron fuego a creces. Las demás escuadras se vieron influenciadas y las bajas enemigas empezaron a hacerse más notorias; aunque para mí, insuficientes.

InestableWhere stories live. Discover now