C11

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—No te asustes, ya hay personas adentro —me informó porque se dio cuenta que yo temblaba y no precisamente de frío, ya estábamos subiendo por el ascensor a su penthouse, claro, solo un ricachón de alta sociedad debía hacer una fiesta en un lugar como esté y no en un bar o restaurante.

Abrí los ojos como plato, maldita sea, tenia que decírmelo, lo hizo con toda la intención de hacerme sentir peor porque vi que sonreía divertido, trató de relajarme, acariciándome la espalda, mi primera reacción fue quitármelo de encima y decirle que me llevara a casa pero no podía hacer eso, ya había dado dicho que sí, además estaba intrigada por la sorpresa que quería darme.

—Solo voy a quedarme dos horas, no más no menos —le recordé con voz tajante.

Rió entre dientes.

—Ni siquiera has llegado a la fiesta y ya quieres irte.

—¿Y que es lo sorprendente? —puse los ojos en blanco —Ni siquiera planeaba venir.

—Me sorprende tu actitud, conozco pocos que se resisten a una fiesta.

—A las clases de fiestas a las que tú vas...puede que si me resista.

Se rió con disimulo, no quería que escondiera su sonrisa, era una de las cosas más hermosas que él poseía, siempre estaba orgulloso de mostrarla pero cuando la escondía era porque iba a decir algo que le parecía vergonzoso.

—Creo que lo que te agrada es que te rueguen, Amber ¿Y sabes que? De todas las personas que conozco eres a la primera que le ruego y me gusta mucho.

Claro que era la primera, todo el mundo le decía sí en un santiamén, ¿Qué se sentía tener que luchar por lo que querías?

—¿Es porque consigues todo fácil? —insinué con tono bromista, alzando una ceja.

—Exacto, pero tú no, eres difícil, complicada.

Sonreí, que alivio que al menos se hubiera dado cuenta de eso a tiempo, iba a tener que soportarme con mi humor en esa fiesta sin poder reclamarme nada.

—Tendrás que soportarlo.

Llegamos y lo primero que hice antes de que abriera la puerta fue inhalar con fuerza, tenía que prepararme para esas miradas de indiferencia y disgusto, ya podía imaginar a todos ahí dentro, me fui repitiendo una y otra vez que había hecho la más grande estupidez del año. Dejé escapar el aire por la boca porque me sorprendí al ver solo cuatro personas reunidas en la sala, riendo y bebiendo de vasos de vidrio, eras tres hombres y una mujer de apariencia asiática, alta, pálida, delgada, con el cabello negro como el alquitrán, adivine, era modelo. Los cuatro cesaron sus risas al vernos entrar, yo me puse detrás de Evan, no quería ser vista pero era tarde.

—¡Evan! ¿A que hora llegan los demás? —uno de los hombres se acercó, tenía el cabello largo que le cubría las orejas pero aun así no se veía nada vulgar, encajaba perfecto con el outfit que llevaba, iba con una camisa azul oscuro, pantalones negros y mocasines. —Dijiste que a las ocho y ya van veinte minutos de eso.

—Por dios, Jordan, ya sabes que todos llegan tarde, sírvete otro trago si quieres mientras esperas.

—Creí que ibas a recogerlos ya que tardaste mucho —le dijo Jordan, mirando por encima del hombro de Evan, directo hacia a mí. —¿Es ella? ¿La fotógrafa?.

—Sí, es ella, es Amber Griffin.

Casi me resisto cuando me agarró la mano y me llevó con sus amigos, más de cerca vi lo atractivo que era la mujer y por supuesto los otros tres hombres, aunque para mí no había nadie más atractivo que Evan, ni sus amigos lo eran para mí.

Mi Contrato Favorito©+18 [TERMINADA]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora