69. Ahora lo que importa es Stiles

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69. Ahora lo que importa es Stiles

Peter llegó en diez minutos. Fue Lydia quien le abrió la puerta y le agradeció haber venido. Yo rodé los ojos. Peter me miró con una sonrisa de costado, como si supiera algo que yo no. Me dio un escalofrío.

Scott le dijo todo lo que debía saber de Stiles, del nogitsune y de lo que acabábamos de hacer para calmarle. Peter caminó alrededor del sofá, con las manos detrás en su espalda y la mirada atenta a mi hermano.

—No parece que pudiera sobrevivir una bofetada, mucho menos la mordida de un hombre lobo. —indicó finalmente, posándose frente a Stiles. De repente, no sé por qué, empecé a toser. La garganta nuevamente se sentía reseca, Melissa fue directamente a la cocina. Probablemente a servirme algo de agua—. Tú tampoco luces muy bien, Sarah. ¿Por qué te fuiste del departamento de mi sobrino? —preguntó con un tono que parecía burlón.

Melissa me trajo el agua y la tomé de un trago. La verdad es que no me sentía bien, no sé si es por la herida que tal vez se infectó o simple abstinencia a no tener el nogitsune en mi cuerpo.

—Estoy bien. —declaré decidida. Peter alzó su ceja. Melissa colocó su mano en mi frente.

—Sari, creo que podrías tener algo de temperatura. ¿Por qué no te sientas aquí un rato? —pidió amablemente. Seguí sus instrucciones ignorando la mirada curiosa del lobo Hale.

—Dices entonces, ¿que no crees que funcionaría? —interrogó Scott.

Noté que Peter se agachó para mirar más detenidamente a mi hermano. Stiles seguía igual de pálido, con las mismas ojeras oscuras debajo de sus ojos. Miraba con desafío a Peter, pero no sé cuánto es del nogitsune y cuánto de Stiles. Mi hermano tampoco es muy amante del tío psicótico de Derek.

—Esta es más una batalla de la mente que del cuerpo. —mencionó Peter—. Hay mejores métodos para ganar esa batalla. —se enderezó. Deaton se acercó a él, quise hacer lo mismo pero Melissa me detuvo.

Aunque Peter no fuera de fiar, que él diga que hay otra opción además de convertir a mi hermano en una criatura de la noche, eso me alivió.

—¿Qué otros métodos? —preguntó Scott. Peter tomó una de sus manos y la alzó. No sé cómo pero con un movimiento logró que las garras de Scott salieran a la luz.

—Nos vamos a meter en su cabeza. —se giró con una sonrisa—. Pero quiero algo a cambio.

Resoplé — Obviamente.

—¿Lydia? —preguntó con inocencia. La pelirroja estaba a mi lado, ella alzó la vista ante el llamado de su nombre.

—Ugh —indiqué al instante—. Tiene diecisiete años, Peter. Es casi el triple de tu edad. No seas asqueroso. —me quejé. Peter me dedicó una mirada mortal, digna de un Hale.

—No seas idiota, Sarah. Ella sabe algo de mí que quiero que me diga. —fruncí el ceño. Eso no tenía mucho sentido, ¿qué puede saber Lydia de él que él no sepa? Ninguno del resto parecía entender a qué se refería, ni siquiera Stiles que miraba la conversación con interés. Al menos no fui la única que me perdí cosas al estar poseída por un espíritu japonés.

Lydia y Peter fueron a hablar a la cocina. No me gustaba que estuviera sola con él pero no parecía tener mucha opinión en el tema. Me quedé sentada en la silla, Melissa a mi lado chequeando mi herida y mi frente. Temía que me hubiera infectado, aunque me indicó que había desinfectado la herida cuando ella me cosió.

Escuché los murmullos de Lydia y de Peter. Scott estaba de brazos cruzados, pendiente de lo que decían pero por su rostro podía notar que no hablaban explícitamente de qué es lo que quería Peter a cambio de ayudarnos.

Paranoia [Teen Wolf]Where stories live. Discover now