66. All Hell's Loose

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66. All Hell's Loose

Sarah abrió los ojos

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Sarah abrió los ojos. Habían rastros de lágrimas en sus mejillas, por aquella visión que le mostró el nogitsune, en la que todos sus seres queridos morían por su culpa. Ya sin tener control de su cuerpo, se incorporó de forma autónoma y con expresión neutra. Sentía que le faltaba algo.

Seguía en la sala dónde Brunski le dejó. Se acercó con paso tranquilo a la puerta, alzó su mano y con su fuerza telepática bien dominada rompió la cerradura. La puerta se abrió de par en par. Sarah salió de la habitación. No había nadie en el pasillo que pudiera verla. Sabía a dónde tenía que ir.

El nogitsune le llevó hasta el sótano, aquél lugar al que tanto quería entrar Stiles. El kitsune oscuro sabía exactamente por qué al otro Stilinski le atraía el lugar. Con el hombre de los mellizos tenía más conexión que su hermana, si bien los controlaba como a un todo, la hermana era más como un accesorio. Al fin y al cabo, eso son los kumicho.

Gracias a las habilidades de la Stilinski, habilidades la cual ella aún no se especializaba al usarlas, presintió dos presencias en el sótano. A su hermano, el cual también presentía por el hecho de haberse unido con él, y a... Una mujer coyote. Gracias a las memorias de Sarah, el nogitsune sabía que era Malia Tate.

Abrió la puerta sin esfuerzo alguno. Bajó las escaleras. Ambas presencias que sintió antes de entrar a la sala estaban cerca de un polvoriento sillón, revisando varios archivos que habían sacado de algún lado. Sarah, el nogitsune en ella, no le prestó atención a tal cosa. Ningún papel contenía lo que era importante en esta situación.

Sarah se encontró en el mismo plano que ellos. Su hermano se dio la vuelta sorprendido de su llegada — ¡Sari! ¿Cómo lograste burlar a Brunski? Malia me dijo que no lograba rastrear tu aroma. —la mujer coyote asintió. Sarah no respondió. Stiles se tensó—. ¿Sari?

Sarah curvó sus labios en una retorcida sonrisa. Rápidamente, levantó su brazo y el cuerpo de la mujer, coyote a pesar de ser más fuerte que ella, chocó contra la pared de cemento. Eso no la inmovilizó, Malia ya estaba pataleando y maldiciendo. Sarah, a una velocidad anormal, se acercó y con dos de sus dedos tocó la cien de la coyote. Cayó dormida al instante.

Se giró hacia el chico, su hermano. Stiles le miraba con terror — Tú no eres mi hermana. —intentó caminar hacia atrás, alejarse de Sarah. Pero Stiles nunca le había visto desmayar a alguien con simplemente sus dedos, ¿qué más podía hacer el nogitsune en el cuerpo de Sarah?

—No, no lo soy. —escuchó que ella dijo. Tocó también su frente y al igual que Malia, Stiles cayó dormido al suelo.

•••

Derek no se tenía que sorprender cuando apareció en una celda de la estación de policía. Es decir, nunca le sale algo bien y ya estuvo en otras ocasiones en la misma celda. Eso le traía recuerdos, como las primeras veces que vio a Sarah demandando respuestas para ayudar a su amigo en un juego de lacrosse. Derek recordaba aquello con ternura.

Paranoia [Teen Wolf]Where stories live. Discover now