46. Hora de una historia y de sushi

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46. Hora de una historia y sushi

Derek ya estaba ahí.

Peter también. Pero eso no me importaba.

El primero sentado en una silla, el respaldo frente a él y las piernas rodeándole. El segundo, detrás con las garras afuera y cerca de la nuca de Derek. Por un lado, estaba feliz de verle. Pero por otro, estaba completamente confundida con lo que estaba viendo.

Derek se levantó de inmediato, olvidó lo que sea que estaba haciendo con su tío y se acercó a paso de hombre lobo (es decir, rápido) hacia mí. Mi lado feliz de verle triunfó contra el confundido. Lo encontré a mitad de camino. Envolvió sus brazos alrededor de mi cintura y sin usar demasiada fuerza me levantó, sosteniéndome a la altura de su cabeza. Ambos ocultamos nuestro rostro en el espacio entre el cuello y el hombro del otro. Acaricié su pelo con agarre fuerte, si no fuera un hombre lobo tal vez ya se estaría quejando. Pero no me detuve.

Era tan perfecto sentirle. Estar envuelta en su aroma y su calor corporal. Sentir sus manos apretándome con la suficiente fuerza. Sentir su barba de unos días rozar con mi piel. No sé cuánto tiempo habremos estado así. Tal vez cinco minutos, o cinco segundos. No podría decirles. Sólo sé que en un momento él aflojó su fuerza y lo entendí como indicación de que me bajaría. Pero no lo hizo. Al contrario, tomó mis piernas que estaban colgando y me guió para que las pusiera en su cadera, cual koala.

Alejé mi rostro de su cuello para presionar mis labios en la zona y hacer todo un recorrido hasta su mejilla. Coloqué mi frente contra la suya — Te he extrañado tanto. —susurré como si fuera un secreto entre ambos. Él dejó salir una pequeña sonrisa e instintivamente apretó su agarre de mis piernas y cintura, pegándome aún más contra él. Seguido de eso, me acerqué y estampé mis labios contra los suyos en un beso corto. Y proseguí besando su otra mejilla, su mandíbula, su barbilla, su cuello, su nariz, su frente... Todo su rostro hasta volver a sus labios—. No tienes ni idea.

Soltó una risa a modo de suspiro. Estaba tan feliz en ese momento que no me importaba las preguntas que tenía en mi mente sobre lo que hacía con su tío o cuándo ha llegado.

Derek alejó su rostro, por un segundo pensé que por alguna razón negativa. Pero la mirada que me dedicó desvaneció aquél pensamiento. Sus ojos verdes brillantes me miraban con total adoración, como si se hubiera olvidado algunos detalles de mi rostro. Mis manos se deslizaron hacia sus mejillas, donde las cubrí con mis palmas y le acaricié con mis pulgares. Supongo que yo tendría la misma mirada de adoración.

Un carraspeo exagerado nos interrumpió. Recordé brevemente que Peter seguía ahí, así que bajé mis piernas de la cadera de Derek. Pero él tardó en soltarme, como si esperara que su tío desapareciera de repente para poder seguir con lo que estaba haciendo.

Por desgracia, ninguna fuerza sobrenatural hizo desaparecer a Peter.

—Por mucho que quiera que mi sobrino y su novia, la cual es la razón por la que me despertaron a la una de la mañana para viajar a este pueblito, sigan con su reencuentro, que probablemente sea para mayores de edad; Derek y yo estábamos haciendo algo importante —Peter habló con su típico tono de cinismo y moviendo sus dedos con las garras afuera. Derek gruñó.

Bajé las manos de su nuca y toqué el suelo con las plantas de mis pies. Miré al hombre lobo frente a mí con una suave sonrisa. Quería besarle durante horas, abrazarle unas otras horas... Simplemente quedarme con él. Pero no podía. Al menos no ahora.

Paranoia [Teen Wolf]Where stories live. Discover now