56. En el entretiempo

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56. En el entretiempo

Vio a Sarah entrar en el auto del shérif. Su hermano estaba dormido plácidamente, como si nada hubiera ocurrido, en el asiento trasero. Derek sabía que la chica caería dormida en pocos minutos, al igual que su mellizo. Parecía que haber sido sonámbulos le drenó las pocas energías que tenían almacenadas.

Siguió los movimientos de Sarah hasta que ella entró al vehículo. Antes de que pudiera pensar cuál sería su siguiente movimiento, si seguir a los Stilinski hasta su casa o ir a la propia, el padre de los mellizos se detuvo frente a él. Derek le observó con algo de sorpresa.

—Gracias, Derek. —dijo el susodicho. El hombre lobo asintió queriendo decir que no era necesario. No había buscado a los dos adolescentes porque le pidieron, sino porque le preocupaban. Incluso Stiles que aún actuaba como un niño pequeño (uno muy inteligente, pero Derek nunca diría eso en voz alta).

—Sé que no nos hemos presentado formalmente —siguió el shérif. Derek prestó atención a la conversación. Sabía que tenía el respeto del padre de Sarah pero aún así lo que podía seguir de ese comentario podía ser algo muy bueno o algo muy malo. Tantos años habían pasado desde que se sintió de tal manera. Como un adolescente—. Y lamento que hayan sido en estas circunstancias. Sé que eres alguien muy importante para Sarah. Y sé que eres un buen chico, aún después de todo lo que pasó el año pasado —Derek asintió otra vez. No dijo nada con miedo a estropear el optimismo de la conversación. El shérif rió—. Sarah no bromeaba con lo de que no hablas mucho.

—No sé qué decir, señor. —espetó él con toda cordialidad. Si su tío estuviera presente, ya se hubiera encargado de arruinar la imagen que Derek le estaba mostrando al shérif. Intentó no pensar en Peter y sus trucos.

El shérif soltó otra pequeña risa. Derek supo que esa era causa del alivio de encontrar a sus dos hijos a salvo — No tienes que decir nada. Sólo quiero que me digas... ¿Te importa mi hija? —el señor Stilinski ya sabía la respuesta. Derek podía notarlo por las reacciones que captaban sus sentidos. Pero a la vez sabía que era una prueba.

—Mucho, señor. —respondió casi instantáneamente. Pero conociendo a la familia Stilinski, su padre necesitaría más que eso. Así que se obligó a dejar su faceta silenciosa y se explayó un poco—. Ella me ha ayudado mucho desde que le conocí. No sólo con los temas sobrenaturales, sino también con problemas que yo mismo tenía conmigo mismo. Nunca podré agradecerle lo suficiente por haberme salvado de mí mismo. Y todavía no entiendo qué es lo que ve en mí, no después de todo lo que le confesé y de todos mis errores. Siento que no merezco tener a una persona tan agradable y perfecta a mi lado.

Derek ya no miraba al hombre, sino a la hija de tal. Podía notarla peinando a su hermano dormido. Segundos después se colocó contra él y cerró los ojos. Todo lo que había dicho era verdad y hasta el momento no lo había confesado con nadie. Le había dicho a Sarah que ella le salvó de sí mismo, pero no que sentía que no le merecía. Porque ella encontraría la manera de oponerse a su comentario y Derek le creería si ella dijera que la merecía y más. Y sinceramente no estaba seguro de que fuera verdad.

El señor Stilinski colocó una mano sobre su hombro y eso hizo que el lobo observara los ojos celestes del hombre. Esos ojos que Sarah había heredado en casi su totalidad — Eres un buen chico, Derek. Me alegro de que te tenga a ti para cuidarla —respondió y Derek soltó un suspiro que no sabía que contenía. El shérif le dio unas palmadas—. Pero eso no quita el hecho de que si le lastimas quiero que recuerdes que tengo permiso para llevar un arma.

Paranoia [Teen Wolf]Where stories live. Discover now