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Tiempo: Después del cómic Volumen 1

Allura había aprovechado la ausencia de los paladines para realizar su extensiva investigación sobre los ritos de cortejo de diferentes especies en la galaxia. Pero la cantidad de variables, costumbre y biología la hacían dudar del parentesco que alguna de ellas tuviera con los terrícolas. Había descubierto con anterioridad la increíble diversidad que podía haber en una sola especie, en especial la humana. Vaya, incluso los alteanos eran muy diferentes en costumbres a ellos a pesar de las grandes similitudes físicas y biológicas entre ambas especies.

Así que la princesa dejo a un lado su intento infructífero de buscar información en los viejos archivos y decidió mejor ir directo a la fuente. Y esa eran los paladines mismos.

Una vez que estos regresaron al castillo de los leones junto con Coran, la princesa de altea se planteó múltiples escenarios para abordar el tema de manera casual, cada uno menos convincente que el anterior; no importaba cuanto lo ensayara frente al espejo.

No quedándole más alternativa que resignarse y actuar sin un plan, Allura acompañada por sus pequeños ratones, se encaminó hasta el comedor donde los paladines se habían reunido a comer en compañía de Coran, después de su largo entrenamiento.

–Esto sigue siendo delicioso, Hunk –la voz de Pidge fue lo primero que escuchó la princesa al abrirse las puertas automáticas de la habitación. Efectivamente, cuatro de los cinco paladines y Coran se encontraban sentados alrededor de la mesa en lo que Hunk la rodeaba para servir a cada uno de ellos un llamativo potaje con un atrayente olor.

–Gracias, Pidge –dijo el joven con un leve sonrojo en sus mejillas, pasando a un lado de Keith para servirle un doble cucharon del estofado –. ¿Quieres un poco más Lance? –preguntó levantando la vista al paladín azul del otro lado de la mesa.

El chico moreno no pudo contestar ante lo ocupada que se encontraba su boca con cucharada tras cucharada. Pero asintió enérgicamente la cabeza.

–Hunk ¿Qué dijiste que era? –preguntó Coran examinado con cuidado el potaje en su plato.

–Eh... ¿guiso de abominación?...

–Es horroroso... –comentó Lance entre bocados –pero delicioso.

–Esa si sería una buena publicidad –aclaró Shiro con una pequeña carcajada antes de llevarse otra cucharada a la boca.

–Ah, hola Allura – se apresuró a saludarla Lance una vez que la vio aproximarse a la mesa –. ¿Cómo te encuentras?

–¿Deseas comer algo? –preguntó rápidamente Hunk antes que ella contestara ofreciéndole un plato.

–Gracias, Hunk –respondió ella sentándose a la cabeza de la mesa –. Creo que me gustaría probar algo de esa "abominación" –dijo algo intimidada pero muy segura de no querer preguntar la razón de ese nombre.

Además, tenía algo más importante en mente. Era sumamente primordial que entendiera la curiosa conducta de los paladines humanos, ya que si el gran peso de salvar la galaxia se encontraba sobre sus hombros, era sumamente prioritario saber hasta dónde podía llegar este "cortejo".

–Una guarnición de abominación bien caliente para la princesa... –con un giro y danza, Hunk puso el palto frente a Allura y graciosamente le sirvió un gran cucharon del potaje –. ¡Sale!

Y efectivamente como percibió en un principio, el olor del guisado era estupendo a pesar de lo preocupante que era el misterio del origen de aquella carne.

–Como veo, su entrenamiento fue muy existo –comentó la princesa tratando de entablar conversación.

–Se podría decir –respondió Shiro con calma y una sonrisa que pronto fue imitada por sus compañeros paladines. Había algo de complicidad en sus miradas –. Y que tal tú, Allura ¿Cómo pasaste tu tiempo sola en la nave?

–Bueno, no estuve sola –dijo ella en lo que los pequeños roedores subían a la mesa–. Los ratones me hicieron compañía. Pero estuvimos investigando algo en los viejos archivos del registro, ya que he tenido una pequeña duda últimamente. Pero por desgracia el castillo no cuenta con la información que busco.

–¿A sí? –saltó pronto Coran en su asiento –. No creo que eso sea posible. El castillo de leones guarda un gran registro de datos del toda la galaxia. ¿Qué clase de información podría estar ausente en su base de datos?

–Tal vez nosotros podamos ayudarte con eso –se apresuró a agregar Pidge, recibiendo aprobación de su compañeros paladines –. ¿Cuál es la duda que tienes Allura?

Era ahora o nunca...

–No es gran cosa, es solo que me gustaría entender en qué consiste el proceso de apareamiento de los humanos.

De los múltiples escenarios que Allura se formó en su imaginación, ninguno se comparaba al resultado que obtuvo de los paladines ante su cuestionamiento. Pero sinceramente no podía ser bueno cuando los cinco escupieron sus alimentos al aire.   

Quería subir un capitulo más antes de irme a mis vacaciones

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Quería subir un capitulo más antes de irme a mis vacaciones. No vemos al regresar.

Y sobre el guiso de abominación:

Y sobre el guiso de abominación:

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Hilos de TelarOnde histórias criam vida. Descubra agora