Mi universo Polydin.
Los paladines de Voltron no solo deben liberar a toda la galaxia, sino también deben comprender que son esos sentimientos que sienten los unos por los otros y descubrir si son reales o solo un efecto más de su conexión con Volt...
–¡Aburrido! –exclamó Lance por séptima vez sobre el ruido de la multitud a su alrededor.
–Ya te escuche las primeras veces –se quejo Pidge ante su necedad –. Y no entiendo a que te refieres, esto es una fiesta.
Y las palabras del paladín verde no podían ser más ciertas. La nueva alianza entre los paladines de Voltron y lo arusianos era un motivo para celebrar, así como para arrojar la casa por la ventana... o mejor dicho el castillo. Pero para Lance, la memorable reunión, no resultaba tan animada como a él le gustaría.
–¡¿Qué dices?! –le soltó Pidge de mala gana –. ¡Eres prácticamente el centro de atención!
Efectivamente, el paladín azul resultaba altamente llamativo para las jóvenes arusianas que deambulaban a su alrededor como polillas a la luz. Algo realmente molesto para el gusto de Pidge. No entendía que encontraban interesante en él... ¿acaso... era más atractivo de lo que pensaba?
–Pero no es la atención de ellas la que me importa –gruñó el joven nuevamente mientras su miraba divagaba hasta el otro lado del salón, donde cierta princesa conversaba alegremente con su homónimo arusiano y preparándose para su inminente discurso.
–Aja –musitó Pidge sin interés y aún más hastiado ante aquellos ojos azules pendencieros.
–¡Espera! –dijo el paladín azul recordando –. ¿Acaso Hunk no dijo que tenías novia?
Mucho más rápido que uno de los propulsores del león rojo, un sonrojo apareció en las mejillas del paladín verde sorprendiendo e interesando a Lance.
–¿Por qué no hablas sobre ella? –insistió casi en burla –. ¿Podríamos compartir consejos sobre chicas?
En cuestión de segundos el rostro Pidge adquirió un color más brillante (si eso era posible) que la coraza del león de Keith. Lance casi podía asegurar ver algo de humo escapar de sus orejas.
–¡Yo no tengo novia! –exclamó –. ¡Ni siquiera me gusta alguien!
Lance rió por lo bajo con fascinación y ternura.
–Ya lo sabía yo. No tienes ni idea sobre las chicas –comentó el paladín azul tomando una bebida misteriosa que le fue ofrecida.
La mirada del paladín verde expresaban más que mil palabras, algo que su compañero nunca vislumbró, pero aún así de sus labios solos escapó un débil:
–Tienes razón, que voy a saber yo.
Y sin más, Pidge se escabulló de la molesta presencia de su compañero paladín. Ya tenía muchas otras cosas en su mente como para preocuparse de las intenciones románticas de Lance. Y en realidad, ni tenía idea de porque le molestaba.
En lo que se acomodaba de nuevo la mochila sobre su hombro y le dio la espalda a su compañero paladín, dejo a éste con la palabra en la boca... y con una extraña sensación que le impidió apartar la vista de su menuda figura.
Espera un momento...
Lance sacudió su cabeza tratando de sacarse de la cabeza la imagen de Pidge tiernamente sonrojado y el extraño latido que provocaba en su pecho.
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Éste capitulo es el final de la sección "multicolores" de mi universo alterno polydin. Ésta sección abarca el inicio de los sentimientos que los paladines que aún no comprenden o desconocen. La siguiente parte lleva el nombre de "macramé" ya que empieza entretejer la relación, y difiere de multicolores donde los capítulos muestran sucesos al alzar; macramé será cronológico. Ya me encuentro trabajando en la segunda parte, puedes verla antes de que la publique en Fanfiction y Wattpad en mi blog de Tumblr.
Eso sería todo por el momento todo, gracias por leer y nos vemos en la siguiente parte.
