Hilos de Telar

BX-21L7. 08

Soldados y unidades automatizadas galra bloqueaban por completo la ruta principal al hangar y tan pronto detectaron la presencia de los dos paladines del otro la del corredor, comenzaron a disparar indiscriminadamente en su dirección.

–¡Abajo! –bramó Keith antes de arrojarse al suelo, llevándose a Lance consigo.

Con algo de suerte consiguieron esquivar la lluvia de disparos y tomar resguardo en una esquina cubierta del corredor.

–¡¿De dónde salieron tantos?! –exclamó Lance alarmado, en lo que él y Keith se apretaban uno contra el otro en su pequeña cobertura.

–¡Shiro! ¡Pidge! ¡Hunk! –comenzó a gritar el paladín rojo a su comunicador con fuerza ante el fuerte estruendo de las armas de sus enemigos. Lance pronto liberó su bayar y respondió contra el fuego enemigo –. ¡Están por los corredores! ¡Son demasiados!

–Confirmó eso –muy apenas alcanzó a escuchar la voz de Pidge ante los constantes disparos –. Entraron furtivamente por otras aéreas de base además del hangar. ¡Están por todos lados!

–¡Pidge, si puedes ver donde están! ¡Danos indicaciones! ¡¿Cómo salimos de aquí?!

–¡Y más vale que sea pronto! –agregó Lance distrayéndose un leve segundo, tiempo suficiente para que uno de los disparo enemigo alcanzara rozarle el brazo.

–¡Lance!

Pidge escuchó los gritos descontrolados de sus compañeros al otro lado de la transmisión, provocando que su corazón diera un vuelco dentro de su pecho.

–¡Keith! ¡Lance! –los llamó desesperadamente, pero el sonido de la señal era inconsistente y perdía fuerza rapido.

–¡Sácanos de aquí! –alcanzó a escuchar el llamado desesperado del paladín rojo, haciéndola reaccionar de inmediato.

La joven paladín rápidamente tecleó en su computadora para obtener del CeCoA los planos, diagramas, cualquier cosa que pudiera ayudarle a obtener una ruta de escape para Keith y Lance.

–¡Vamos Pidge! –escuchó la voz de Hunk también proveniente del canal de comunicaciones, mientras la señal de los paladines rojo y azul era cada vez más débil.

–¡Lo tengo! – exclamó la chica airosa volviéndose inmediatamente al comunicador en su brazo –. ¡Keith, si aún logras escucharme, debes de regresar por el corredor de la izquierda! ¡A unos diez metros encontrara una exclusa en el suelo que los llevara por el sistema de ventilación hasta los niveles inferiores de la base! ¡¿Keith?!

Por un momento, no hubo respuesta. Solo el caos que se estaba llevando a cabo en algún otra parte de la base. Pidge tragó saliva en los cortos segundos que le parecieron eternos, hasta finalmente escuchó:

–¡Entendido!

La paladín verde pudo respirar de nuevo, a pesar que aún sus compañeros no estaban fuera de peligro... ni tampoco ella.

Un sonido detrás de la joven la alertó de inmediato. Pidge se volvió sobre su hombro para descubrir que un escudaron de soldados galra que marchaban por el corredor principal al centro de mando.

–¡Oh quiznak! –Shiro escuchó grito angustiado de Pidge junto con el resto de alaridos de los demás paladines, por la distorsionada señal de su comunicador.

¡Pidge!... –la llamó alarmado el paladín negro sin obtener respuesta –. ¡¿Keith, Lance?! ¡Hunk! –el canal continuó abierto y todo lo que ocurría en otra parte del base podía aún escucharse, pero Shiro no obtuvo nada del resto de los paladines.

El hombre no pudo evitar rechinar los dientes ante la preocupación, no solo eran su equipo el que estaba en peligro... era su familia.

–Tenemos que regresar de inmediato –dijo Allura leyendo prácticamente lo que pasaba por la mente de Shiro. Ella estaba por igual preocupada.

El paladín asintió con la cabeza, antes de volverse a los dos vrochans:

–¿Mondo? –llamó al mayor de ambos, pero esto estaba tan enfrascado en su acalorada discusión con otro joven, como atender a sus palabras.

–¡Vrindan ¿Qué es lo que has hecho?! –bramó el mayor sacudiendo los hombros del este.

–Lo que tú nunca ha tenido valor de hacer –respondió Vrindan sacudiéndose de encima las manos de Mondo y le dirigiéndole una dura mirada –. Servir a nuestro amos.

–¡¿De qué estás hablando?! ¡Los galra nos arrebataron todo!

–¡Y nos darán más de lo que perdimos si mostramos ser fieles! –dijo el joven casi con una sonrisa perturbadora –. No hay razón para confiar en estos... desconocidos –agregó lanzándole una mirada despectiva a Shiro y a la princesa. Ellos mismos han dejado en claro que único interés es el telum de la mina y no nos nosotros. Por ello alerte a la nave del capitán Thogos de que los paladines de Voltron se encontraban en la base, y gracias a mis acciones, nuestra gente será recompensada. 

Aquí les traigo el ultimo capitulo nuevo de Hilos de telar del año.

Les deseo felices fiestas y nos vemos el proximo.

Abrazos.