66. All Hell's Loose

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Aunque nada de la situación en la que estaba debía darle tal emoción. No sólo se encontraba encerrado en una celda por un crimen que no cometió por segunda vez, sino que también estaba fuera del juego en cuanto al nogitsune. Ni bien se levantó, Chris Argent, su compañero de celda vecina, le relató lo que ocurrió después de que él se desmayara al explotar la bomba.

Sarah le salvó. Ella estuvo en la estación y él tenía que desmayarse ni bien ella pisaba pie en el lugar. Sintió algo de bronca al enterarse, ¿acaso no podía esperar unos minutos antes de perder el conocimiento? Hacía días que no sabía nada de su novia, incluso ya despierto y lúcido seguía sin saber nada de ella. Ni una noticia.

Chris le dijo que ella le ayudó con sus heridas y que mientras él dormía, recomponiéndose, Sarah se mantuvo a su lado. Pero cuando salió a buscar algo de comer, la policía le detuvo otra vez. Y por lo que le dijo su hija, Allison, Sarah se había ido a mitad de noche. Y eso es todo lo que supo de Sarah.

Incluso el shérif no parecía estar en la estación como para ayudarles o informarles. No sabía por qué, pero el mayor Stilinski también andaba desaparecidos. Derek agudizó su oído.

—Tienes razón. —le dijo al cazador—. Están moviendo la evidencia. —agregó frunciendo levemente el ceño.

—¿Hablan de algo respecto al homicidio en sí? ¿Algún detalle? —insistió Argent. Derek negó con la cabeza.

—Sólo ponen las cosas de Katashi en Protección Federal y algo sobre Stilinski tomándose el día. —a decir verdad, lo último le producía más confusión y miedo que lo primero. Sabía, gracias al cazador, que Katashi o Silverfinger tenía un pergamino donde ponía cómo vencer al nogitsune. Chris lo habló con su hija, por lo tanto, ella seguramente ya estaba planeando cómo robar el pergamino.

Cayeron en un leve silencio. Derek seguía aún estableciendo una línea de tiempo en su mente y a la vez preguntándose qué tramaban los Stilinski. Sarah se fue a medianoche de la casa de los Argent, no habían noticias de Stiles (aunque Chris dijo que lo vio en la estación) y el shérif se tomaba el día. Había algo que andaba mal.

—Sabes, si todo esto es real... —interrumpió el cazador—. Hay personas que murieron por Stiles y Sarah. En la estación...

Derek apretó su mandíbula — ¿Pero son realmente ellos?

—Sé que no te gusta escuchar esto, Derek. Sé sobre Sarah y ti. —agregó tratando de ser compasivo—. Pero recuerda, ya tuvimos este problema antes. Tuvimos suerte con Jackson.

—¿Qué pasa cuando no tenemos suerte? —interrogó el lobo, odiando cada segundo de la conversación. Olía al cazador y conocía su código, él ya sabía qué iba a hacer.

—Creo que depende de cuánto hay de Stiles o Sarah en ellos —suspiró. Derek no hizo ninguna acotación—. ¿Alguna vez escuchaste sobre los Berserkers?

—Guerreros alemanes. Usaban pieles de osos para canalizar su ferocidad —recordó Derek haber leído en uno de algunos libros que lograron salvarse del incendio.

—No sólo las usaban. Se convertían en ellas. —corrigió el cazador—. Unos años atrás, una familia vinieron a nosotros por ayuda para su hijo. Había un grupo de adolescentes, hacían todo tipo de rituales con pieles de animales. De alguna forma, quedaron atrapados. Con los Berserkes, el lado humano no tarda en desaparecer. No son tentados por las fases de la luna ni nada de eso.

Paranoia [Teen Wolf]Where stories live. Discover now