Capítulo Tres

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Estaba haciendo un gran esfuerzo para no quedarme dormida, a mi alrededor todos parecían prestarle atención a Rodrigo que hablaba en un tono de voz fuerte

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Estaba haciendo un gran esfuerzo para no quedarme dormida, a mi alrededor todos parecían prestarle atención a Rodrigo que hablaba en un tono de voz fuerte. Nunca antes estuve en una junta de trabajo, así que no estaba preparada para aquello.

El día anterior Anita me notificó de la reunión, por ello llegué temprano sintiéndome la profesional responsable que debía ser; sin embargo, sensación duró poco. Al parecer Anita había olvidó darme un pequeño detalle: tenía que presentar ante todos, el plan de trabajo del departamento de Adquisiciones, donde yo era la editora.

Nada podía salvarme de eso, pensé que cuando quedara en evidencia que no tenía ningún plan de trabajo iba a ser despedida. Esa mañana por primera vez en mi vida, actué de forma adecuada en una situación así de importante.

—He estado trabajando en varias propuestas —dije, después de saludar brevemente a todos. Me sentía como el primer día de clases haciendo mi presentación ante compañeros que no me conocían—. Dada la situación que enfrentamos en este momento y la urgencia con la que se necesitan nuevos proyectos, generar contenido, he enfocado mi búsqueda de autores y obras potenciales, a plataformas webs de lecturas gratuitas. —Lo iba haciendo bien, sin titubear e intentando mostrarme segura.

—¿Lectura gratis? —Rodrigo frunció el ceño—. Lo que necesitamos es dinero. —Recalcó haciendo un gesto con la mano.

—Permítame explicarle. —Pedí llenándome de paciencia. Me era difícil concentrarme y las interrupciones no me ayudaban—. Estas plataformas están teniendo una especie de auge, se han vuelto muy populares, están diseñadas para que cualquiera pueda publicar una obra, las plataformas tienen una cantidad increíble de opciones de lecturas, entre tantas y tantas historias hay verdaderas gemas.

—Sigo sin entender, si es gratis no funciona. —De nuevo Rodrigo interrumpió.

—La cantidad de lectores que tiene un autor popular es muy grande. Un libro publicado de uno de esos autores es comprado por la mayoría de esos fieles seguidores. ¿Entienden un poco más? —cuestioné alzando la ceja—. Mi propuesta es la siguiente: buscar talento ahí, publicar esas obras que millones han leído y muchos comprarían. Los autores son novatos, la gran mayoría sueña con su libro en estantes de grandes librerías, no lidiaremos con agentes ni muchos problemas.

Sonreí viéndolos a todos, se quedaron callados, solo observando. Ese día descubrí que soy excelente trabajando bajo presión.

—Me parece una gran idea. —Al fin habló Rodrigo— ¿Ya iniciaste el proceso de la búsqueda de contenido?

—Si —respondí con seguridad—, incluso ya tengo listas un par de propuestas para dos autores que en este momento están publicando obras populares.

—Si ya tienes listas las propuestas supongo que ya hiciste una evaluación del contenido para comprobar su viabilidad y saber si es congruente con la visión de la editorial —dijo Alfredo, era el jefe del departamento de Mercadeo, un tipo que siempre parecía estar de mal humor.

Un desastre llamado Valentina (Ahora gratis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora