Capítulo Extra

34.5K 1.8K 504
                                    

¡Holis! Este capítulo viene cargado de contenido multimedia, lean hasta el final, porque les dejo una imagen que les va a gustar, me lo votan y me lo comentan mucho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¡Holis! Este capítulo viene cargado de contenido multimedia, lean hasta el final, porque les dejo una imagen que les va a gustar, me lo votan y me lo comentan mucho. Espero que les guste este regalo, que quería mostrarles desde hace mucho. Mañana también habrá sorpresa, les aviso por mis redes. 

Feliz San Valentía adelantado. Las te kiero mucho ❤️

Santiago

 La risa de mi hermano sonó por encima del ruido que nos rodeaba, provocando que varias personas dirigieran su mirada hacia nosotros. Estaba acostumbrado a ser el centro de atención cuando me encontraba con él. Sebastián nunca lograba pasar desapercibido. La mesera que aún se hallaba al lado de la mesa, le sonrió con coquetería en respuesta al guiño que el idiota le dedicó segundos atrás. No era un secreto para nadie que Sebas tenía como pasa tiempo flirtear con mujeres para divertirse.

—¿Puedes traernos la cuenta? —le pregunté, un poco ansioso porque se marchara. Estaba interrumpiendo una charla amena.

—Le agregas tu número de teléfono —pidió Sebas, tras sonreírle.

La mesera asintió de inmediato, ofreciéndole una amplia sonrisa a Sebastián que no le apartó la mirada hasta que esta se marchó.

—¿Qué haces, idiota?

—Consiguiéndote un número de teléfono. En un par de días puedes llamarla para invitarla a salir. No se dará cuenta de que no soy yo, te pareces lo suficiente a mí como para que lo pase por alto.

—¿Quién te dijo que estoy interesado en algo así?

—Necesitas entretenerte.

Negué antes de darle un largo trago a la botella que sostenía en la mano derecha. Mientras la bebida espumosa se deslizaba por mi garganta me pregunté qué tenía que hacer para que mi familia dejara de meterse en mi vida. No importaba la distancia, siempre encontraban la forma de hacerlo.

—Lo único que necesito es que me dejen tranquilo —le aseguré, otro trago a mi cerveza me ayudó a dejar ir la breve irritación—. Y debo de corregirte, tú te pareces a mí, no al revés. Yo soy el original, tú la mala copia.

—La versión mejorada —afirmó tras otra larga carcajada.

Me sentí ligeramente culpable por no disfrutar de la compañía de mi hermano. Mi vida era una constante mierda, su presencia durante esos días me proporcionó algo de la única distracción que necesitaba. El peso dentro de mi pecho había disminuido gracias a las risas que fueron más constantes.

—¿Dentro de cuantas horas sale tu vuelo?

—Cinco —respondió, tras ver el reloj—. Aunque lo adelante un poco, tenemos tiempo de sobra, no te preocupes. Quiero llegar a tiempo para cenar con Manu.

Tener tiempo de sobra se había convertido en mi mayor preocupación. Mi mente solía traicionarme y llevarme por pasajes que no estaba listo para recorrer. Reponerme de mi despedida con Valentina se veía como algo fuera de mi alcance en ese momento, en el que continuaba extrañándola con una intensidad sofocante, mientras luchaba por mantener a raya mi deseo de sucumbir a mi necesidad de buscarla. Estaba destinado a extrañarla y aunque me había reconciliado con aquella idea, no dejaba de ser difícil aceptarlo.

Un desastre llamado Valentina (Ahora gratis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora