Parte 42

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No dejas de temblar. A pesar de que tu padre ya se fue, su fuerte y opresora presencia se siente aún. Instintivamente te apoyas sobre tu abuela, quien te abraza dulcemente.
—Fuiste muy valiente—. Dice ella del mismo modo.
—Me siento terrible. Demasiado estresad@.
—Ya, ya... Debes, bueno, debemos preparar nuestras cosas.
—¿Qué hay del casero, ya le explicaste la situación?
—Sí, hoy hablé con él en la mañana. Incluso nos dejó un par de empanadas.
Fijas la vista en el comedor. En una pequeña charola se encuentran unos cuantos panes rellenos.
—¿Que su esposa no hace galletas o algo así?
—Ahora son empanadas dulces. ¿Quieres una?
Niegas con la cabeza.
—La verdad, lo que ahora quiero es ir a caminar un rato.
—Está bien, no tardes demasiado.

Mientras bajas las escaleras hasta el lobby, te pones la capucha de tu sudadera. De algún modo te hace sentir segur@, lejos de las miradas de los demás.
En la entrada del edifico está una de tus vecinas jóvenes, Sujeong, vendiendo en una canasta empanadas.
—¿Te convencieron?— Dices al acercarte.
—Mi papá está un poco atrasado con la renta, así que...— Responde ella.
—¡Tiffany!— Una pequeña niña se para frente a ustedes—. ¡Cómprame una!— Con una mano sostiene la mano de una joven y con la otra la correa de un perro. ¡Qué bonito animal!
—Pero, Haeun, te acabo de comprar un chocolate—. Contesta la muchacha que la acompaña, quien no parece mayor que una joven de universidad. No puedes dejar de ver al canino, quien se percata de tu presencia.
—¡Por favor!— La niña hace pucheros—. Prometo comerme los dos.
La tal Tiffany suspira. El perro va hasta a ti y apoya sus patas delanteras en tus piernas.
—Deme una, por favor. ¡Ah, Prince, no estés molestando!
—No se preocupen—. Dices y te agachas para acariciar al animal.
—¿De piña o fresa?— Pregunta tu vecina.
—¡Fresa!— Pide la pequeña.
Sujeong toma la comida.
—¿Cuánto es?— Pregunta la otra chica.
—Mil won—. Aclara tu vecina.
Tiffany abre su billetera y tras unos segundos de buscar, pone una cara de disgusto.
—¡Aish! Lo siento, Haeun, ya no tengo cambio. Será para otra ocasión.
—Pero...— La niña muestra una gran tristeza.
Sueltas a Prince y metes tu mano en la sudadera. Sientes enseguida el dinero que buscas.
—Toma, Sujeong. Yo lo pago.
—No es necesario, descuida—. Dice Tiffany.
—No hay problema, tu perro me convenció—. Presionas, jugando, la cara del canino.
—¿De verdad está bien?
—¡Claro!
Tu vecina le entrega a Haeun lo que pidió.
—¡Gracias!— La niña te abraza un segundo.
—¡Muchas gracias! Vámonos, Haeun— Tiffany te dedica una sonrisa encantadora y se marcha junto con la pequeña y su perro.

GHOST (Imagina con Yuri/ Yuri y tú) <Por: Kirari Ai>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora