Capítulo 35

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Esa noche, Miriam y Ana durmieron juntas. Estuvieron pegadas toda la noche, sin querer separarse en ningún momento de la otra. Cuando se despertaron, bajaron a desayunar. Todo el mundo se acercó a Miriam diciéndole que sentían mucho lo de sus padres y que la iban a echar de menos. Miriam sonreía tristemente y abrazaba a todos aquellos que se acercaban a ella. Miriam fue un momento al baño y Ana aprovechó para decirles a todos lo que tenía pensado.

-Chicos, he pensado que esta noche podríamos hacer una fiesta de despedida a Miriam. ¿Qué os parece?

Todos asintieron emocionados y entonces Ana les contó que lo podrían hacer en el bosque que había cerca de allí, donde hicieron la acampada. También les pidió que en las clases se lo comentaran a Noemí, ya que ella no iría porque quería pasar la mañana entera con Miriam.

Cuando Miriam llegó, Ana fue corriendo hacia ella y la cogió de la mano, sacándola de allí. Miriam se sorprendió ante el gesto de Ana y se dejó llevar por ella.

-¿Qué haces, Ana? - dijo Miriam al salir del comedor.

-Vámonos por ahí.

-¿Y adónde quieres ir?

-No sé, pero vámonos lejos de aquí.

Caminaron con sus manos entrelazadas sin un rumbo fijo. Acabaron en el centro de la ciudad y pasearon viendo las distintas tiendas. Se sentaron en un banco para descansar. Cuando Ana se iba a sentar, Miriam la agarró de la muñeca y la sentó en su regazo. Ana sonrió y pasó sus manos por alrededor de su cuello, y la gallega, por su cintura, pegándola a ella. Chocaron sus frentes y se miraron fijamente.

-Voy a echar de menos estos momentos. - susurró Miriam.

-Yo voy a echarte de menos, simplemente.

Miriam respiró hondo y acercó sus labios a los de Ana. La besó con delicadeza, como queriendo recordar ese beso para toda la vida. Ana enredó sus dedos en el pelo de Miriam y profundizó el beso. Se separaron jadeantes y después se fundieron en un abrazo.

-Te quiero. - dijo Miriam besando lentamente el cuello de Ana.

Ana escondió su cabeza en el cuello de Miriam y dejó que la gallega disfrutara de ella. Después de pasar un rato entre besos, caricias y sonrisas, decidieron ir a algún lado a comer.

-¿Qué te parece si vamos a tomar algo a la cafetería que hay en el parque? - preguntó Miriam.

-¿Cómo aquella vez cuando nos chocamos en el parque?

-Sí, como aquella vez. - dijo Miriam sonriente al recordar aquella escena.

Se cogieron de la mano y caminaron hasta el café. Se sentaron en una mesa y esperaron a que el camarero las atendiese. Enseguida fueron atendidas y pidieron unos sándwiches y algo para beber.

-¿Sabes una cosa? - dijo Miriam. Ana dejó de comer para centrarse en Miriam. - Aquí fue donde empecé a saber que me estaba enamorando de ti.

Ana sonrió y colocó una mano encima de la de Miriam. Miriam juntó sus labios con los suyos y al separarse sonrió.

-Al final te he acabado besando aquí sin quedarme con las ganas, como pasó la otra vez.

-Entonces no fui la única que quería besarte en ese momento.

Miriam rió y Ana no tardó en unirse a su risa. Cuando acabaron de comer dieron una vuelta por el parque. Ana cogió su móvil y le mandó un mensaje a Mimi.

Ana🥑
Hola, Mimi.
¿Cómo vas con lo de la fiesta?
¿Se lo habéis dicho a Noemí?

Mi vida no es la misma sin ti | WariamWhere stories live. Discover now