Capítulo 9

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La semana antes de la excursión estaba llena de exámenes. Los chicos apenas salían de sus habitaciones, solo lo hacían para ir a clases y comer. Miriam estaba muy estresada, nunca le gustó la idea de suspender exámenes. En toda esa semana, estaba encerrada en su habitación empollándose todas las asignaturas que tenían. Ana, en cambio, se lo tomaba con más calma. Sabía que tenía que aprobar la mayoría de las asignaturas, pero no se pasaba todo el día estudiando. Por la tarde salía con Mimi y Ricky a dar una vuelta por el parque y descansar de las clases y horas de estudio.

-La gente se toma muy a pecho esto de estudiar, ¿no? - dijo Ricky.

-Yo no he sido nunca muy de estudiar, me aburre. - rió Mimi.

-Yo entiendo que la gente quiera estudiar para aprobar, pero creo que estar todo el día encerrado ahí dentro, sin salir nada más que para comer y que no te diriga la palabra me parece algo excesivo. - dijo Ana cruzándose de brazos.

-Eso lo dices por Miriam, ¿no? Que es la que más se toma en serio los estudios. - dijo Mimi.

-No, qué va. - mintió Ana. - Hablo de todos en general.

-Sí, ya claro. Lo que te pasa es que Miriam ha estado toda la semana metida en su habitación y eso te molesta.

-A ver... Es normal. No me ha hablado en toda la semana y las veces que lo he intentado, se iba corriendo a su habitación. No sé, la echo de menos.

Ricky y Mimi rieron. Sabían que a Ana eso la molestaba un montón porque quería estar con Miriam, pero ella no se dejaba ver.

-Pues mañana, antes de que se meta en su habitación, la paras y la hablas. - dijo Ricky.

-La hablas, no que la beses. Has oído, ¿no, Ana? - dijo Mimi.

Ana le dió un codazo a Mimi y esta comenzó a reír y abrazarla. Eso hizo, al día siguiente, cuando ya se acabó la última clase del día, Ana recogió rápidamente sus cosas y corrió hacia la habitación de Miriam. Vio que Miriam ya estaba abriendo su puerta y que iba a entrar. Ana corrió lo más rápido que pudo y la consiguió parar.

-¡Miriam! ¡Para! - gritó Ana.

Miriam escuchó su nombre y se giró. Vio a Ana correr por el pasillo y llegar hasta ella jadeando.

-¿Qué pasa, Ana? No tengo mucho tiempo.

-Miriam, tía, ¿no te cansa estudiar tanto?

-Sí, pero quiero aprobar todo. No me gusta suspender.

-Tienes que relajarte un poco. ¿Damos un paseo por el parque? No me has hablado en toda esta semana.

-Lo siento, Ana, pero estoy ocupada estudiando. En la excursión de este finde estoy contigo todo lo que tu quieras. - dijo Miriam sonriéndo y abriendo la puerta. - Adiós.

Miriam fue a cerrar su puerta, pero Ana puso su pie para que no lo consiguiera.

-Miriam, no hemos acabado de hablar. Estoy preocupada por ti. Venga, vamos a dar una vuelta.

Ana le cogió la mano e intentó sacarla fuera, pero Miriam se la apartó bruscamente.

-¡He dicho que no, Ana!

-Pero, ¿por qué?

-Porque tengo que estudiar. ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir?

-Miriam, no puedes darte tantas palizas con los estudios. Tienes que descansar.

-Descansaré cuando todo esto acabe. Además, en ningún momento te he pedido que te preocupes por mi vida. - dijo Miriam bruscamente.

Esas palabras le dolieron a Ana. Se quedó callada sin saber que hacer, mirando a Miriam.

Mi vida no es la misma sin ti | WariamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora