Capítulo 19

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Las vacaciones de Navidad se hicieron un poco largas para Ana. Le encantaba pasar tiempo con su familia y le hacía muy feliz pasar esas fiestas en su tierra rodeada de toda la gente que tanto quería, sin embargo echaba de menos a sus compañeros de la universidad. No hubo día en el que no hablaban por el grupo de WhatsApp que habían creado entre ellos, pero la cercanía de estar con ellos todos los días no la tenía.

Lo que peor llevaba era la distacia con Miriam. De vez en cuando hablaban y hacían alguna que otra videollamada, sin embargo eran muchos los días que no recibía ningún mensaje de ella. Según Miriam, era porque en su casa había mala cobertura y el WiFi no era el mejor del mundo.

Cuando pasaron las vacaciones, tomó el avión que la llevaba a Madrid. Nada más llegar, se encontró a Raoul y Agoney en la entrada de la residencia donde vivían, agarrados de la mano. Ana corrió hacia ellos y les abrazó.

-¿Qué ha pasado, Ago, qué no nos hemos venido juntos en el avión? - preguntó Ana.

-Ya, bueno, es que Raoul y yo nos hemos ido a Nueva York a pasar las Navidades. - dijo sonrojándose. - Es muy bonito ver todo nevado.

-Ay, cuánto me alegro. Me imagino que os lo habéis pasado bien, ¿no?

-Sí, fue estupendo. - dijo el rubio mirando a Agoney con una sonrisa tonta.

Ana sonrió e imaginó cómo sería pasar unas vacaciones ella y Miriam solas. Agoney chasqueó los dedos enfrente de la cara de Ana. Esta abrió los ojos y lo miró sorprendida.

-Ana, que te habías quedado empanada mirando a la nada. ¿En qué pensabas?

-Esto... - dijo Ana sonrojándose.

-¿No lo ves? - dijo Raoul dándole un leve empujón en el hombro de su novio. - En Miriam, en quién si no.

Ana bajó la mirada y asintió con sus mejillas ardiendo. Los dos echaron a reír y abrazaron a Ana. Quedaron en ir a dejar sus maletas y luego ir a comer en el comedor.

Ana se dirigió a la habitación que compartía con Mimi. Cuando entró, vio que todo estaba como lo dejó después de la sorpresa que le hizo Miriam antes de irse. Sonrió tontamente al recordar como acabó aquello, ambas agarradas de la mano y entrando en el autobús que les llevaba al aeropuerto. Alguien se subió a su espalda, sacándola de sus pensamientos.

-¡Ana!

Ana giró su cabeza y vio que la chica del flequillo era la que estaba subida a su espalda, acompañada de Amaia, que sujetaba sus maletas.

-¡Peque! ¿Qué haces aquí?

Aitana se bajó de su espalda y la abrazó con fuerza. Después Ana se acercó a Amaia, quien la abrazó y pegó pequeños saltos de alegría.

-Amaia y yo acabamos de llegar. Íbamos a nuestra habitación cuando hemos visto que la puerta de tu habitación estaba abierta y tú en ella. - dijo Aitana retocándose el flequillo.

-¡Qué ilusión volver a verte, Ana! ¡Te he echado de menos! - dijo Amaia.

-Y yo a ti, amor.

Amaia sonrió pícara. Ana la miró con una ceja levantada y luego se fijó en que Aitana la miraba con las cejas levantadas.

-¿Qué pasa? ¿Por qué me miran así?

-¿Y tu "amor", qué? - dijo Aitana enfatizando en la palabra "amor".

-Ah, vale. - rió Ana. - Bien.

-Seguís juntas, ¿no? - preguntó Amaia con miedo.

-Claro.

Mi vida no es la misma sin ti | WariamWhere stories live. Discover now