Capítulo 25

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Los siguientes días, Ana ignoraba completamente a Miriam. No quería saber nada de ella. En cambio, Miriam no paraba de mirarla y arrepentirse cada día más de haber creído a Laura y haber caído en su trampa. Con el paso de los días, Miriam volvió a juntarse con Agoney, Raoul, Nerea, e incluso con Amaia y Aitana, pero con quien más tenía ganas de estar era con su canaria favorita. De vez en cuando se acercaba a ella y le pedía disculpas.

-Ana, de verás que lo siento mucho... Fui una completa imbécil. Te quiero.

-No, Miriam, no. Déjame.

-Por favor, ¿qué puedo hacer para que me perdones?

-No lo intentes, no lo conseguirás.

Pero siempre acababa igual, Ana alejándose de ella y Miriam comiéndose el coco para saber que hacer con Ana. Un día, le pidió a Aitana y Amaia que hablaran con Ana. Estas dudaron un segundo, pero al final aceptaron porque, en parte, querían volver a ver a Ana y Miriam juntas. Fueron a la habitación de Ana y llamaron a la puerta. Ana las abrió. Les sorprendió al ver que estaba algo despeinada y vestía una camisa larga de Miriam.

-Hola, chicas... - dijo rascándose con el puño un ojo y bostezando.

-¿Estabas durmiendo, Ana? - preguntó Amaia mirándola de arriba abajo.

-Sí, necesitaba una buena siesta...

-Bonita camiseta... - dijo Aitana mostrando una media sonrisa.

Ana se la miró y se sonrojó. Se cruzó de brazos y las miró con vergüenza.

-Me pereció vérsela a alguien... ¿A quién? - dijo Aitana poniendo un dedo en su barbilla, pensativa. - ¡Ah, sí, a Miriam!

-¿Podrías hablar más bajo? - murmuró Ana.

Asomó su cabeza al pasillo y miró de un lado para otro. Con suerte no pasaba nadie, y menos Miriam. Las miró con el ceño fruncido y, agarrándolas de la camiseta, las metió a las dos en su habitación.

-Oye, pues te queda muy bien la ropa de Miriam. - dijo Amaia. - Y es muy cuqui que la uses para dormir...

Aitana se cruzó de brazos y miró a su amiga con una ceja levantada y esbozando una sonrisa divertida.

-¿Algo qué decir? - preguntó Aitana.

-Lo primero, no es lo que parece. Y lo segundo, me la he puesto porque era lo primero que he visto que estuviese limpio en el armario y que fuese cómodo para dormir...

-Ya, ya, seguro...

-Bueno, ¿a qué habéis venido?

-Pues Amaia y yo queríamos saber para cuando dejarás de ignorar a Miriam.

-Cuando se arrepienta de verdad y se de cuenta de que ha sido una imbécil.

-Sabes que ya lo está, ¿no? - dijo Amaia.

-No me basta.

-Pues bien que duermes con su ropa... Que, por cierto, ¿por qué tienes ropa de Miriam en tu armario?

-Solo tengo esta camiseta, y fue de la última vez que durmió conmigo. Cuando se despertó y se cambió me dijo que la guardara para la próxima vez...

Aitana y Amaia se dieron cuenta de que Ana lo dijo con un toque nostálgico. Se notaba que la echaba de menos.

-La echas de menos...

-Para que engañaros... Sí... - suspiró y tocó las mangas de la camiseta con sus dedos, imaginándose que fuera la piel de Miriam.

-Pues perdónala.

Mi vida no es la misma sin ti | WariamWhere stories live. Discover now