Capítulo 16

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-No sé por dónde empezar... - dijo Miriam. - Bueno, en realidad sí. Empezaré diciéndote que te quiero y que mi vida no es la misma sin ti.

Ana miró a Miriam y sonrió. Los ojos de Miriam desprendían un brillo que solo lo tenía cuando la veía.

-Con eso no me vale, amor.

Miriam rió al escuchar aquella palabra.

-¿Me prometes que escucharás todo lo que te diga sin irte en medio de mi monólogo?

-Lo prometo. - dijo soltando una mano de Miriam y levantándola.

-Vale... Créeme que no tenía ni idea de que Efren iba a venir, y menos Pablo. Corté con él después de ver el vídeo, como bien sabes.

-¿Y por qué vino a verte si no estábais juntos? Y sobretodo, ¿por qué te besó?

-Me contó que Efren le llamó diciéndole que iba a venir a visitarme y que, si él quería, podía venir también. Al principio le extrañó, pero luego comprendió que no le conté nada sobre nuestra ruptura.

-¿Por qué? - susurró Ana. - ¿Acaso te seguía importando?

-Ana, jamás pienses eso. No se lo conté porque Pablo y él son mejores amigos desde el instituto. Gracias a Efren nos conocimos y nos enamoramos. Pensé que si se lo decía, se enfadaría con él y, por mi culpa, rompería la buena amistad que siempre han tenido. Por eso cuando vino, nos besamos. Y también por eso nos estábamos besando todo el rato cuando él estaba cerca, estábamos fingiendo. Bueno, más bien yo, porque Pablo tan solo se estaba aprovechando de que por eso me podía besar y toquetear lo que él quisiera.

Una lágrima resbaló por la mejilla de Ana al escuchar aquello. Miriam se la secó rápidamente con su pulgar, y apoyó su mano en su mejilla.

-Ana, durante todo este tiempo he estado pensando en ti. Me dolía besar a Pablo y no a ti. Me dolía verte rota por mi culpa. Créeme que estoy muy enfadada conmigo misma por no escuchar a Mireya, que me decía que se lo contara a mi hermano porque la iba a liar y te iba a perder. Jamás me lo perdonaré haberte hecho daño.

-Miriam, me da igual tus disculpas. Me has hecho mucho daño y yo he sido una completa idiota por enamorarme tan rápido de ti. Tu hermano sigue sin saber que no estás con él, ¿verdad?

-Ana, hoy se lo pienso contar todo. Así no fingiré más y podré estar contigo.

-¿Y si no quiero estar yo contigo?

Miriam miró a Ana atónita. Esta le soltó las manos bruscamente y miró al suelo.

-Ana, ¿lo estás diciendo en serio?

Ana no dijo nada, tan solo miraba fijamente al suelo con los ojos humedecidos. Miriam la miraba, esperando algún gesto que nunca llegaba. Sus ojos empezaron a humedecerse.

-Creía que si te lo contaba todo me perdonarías, que me volverías a querer y volveríamos a estar juntas. Nunca he sentido algo tan fuerte en tan poco tiempo, ni siquiera cuando empezé a salir con Pablo. - miró al suelo. - Ana, yo te quiero. Demasiado incluso diría yo. Daré la vida entera por ti y haré lo que sea para que seas feliz. ¿Quieres que me vaya?

Miró a Ana, pero esta no decía nada. La cara de Miriam se llenó de lágrimas.

-Ana, al menos dime algo, por favor. Todo esto me está matando.

Ana la miró fijamente, con los ojos rojos y humedecidos. Miriam entendía perfectamente aquella mirada. Se levantó del banco, dispuesta a irse de allí. Dio unos pasos, pero la voz de Ana la paró. Se dio la vuelta y miró a Ana.

Mi vida no es la misma sin ti | Wariamحيث تعيش القصص. اكتشف الآن