Capítulo 33

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Cuando Ana se despertó, se sorprendió al ver que estaba en la cama y con la camiseta ancha de Miriam puesta. No recordaba cómo había llegado allí, tan solo recordaba que se quedó dormida en las piernas de Miriam al escuchar el sonido de las olas. Giró su cabeza y se encontró con la cara relajada de Miriam a muy pocos centímetros de la suya. Supuso que Miriam la había llevado hasta allí y sonrió. Coló sus manos bajo la camiseta de Miriam y acarició sus costados. Después se pegó a ella y escondió su cabeza en el hueco del hombro. Una sonrisa inocente apareció en el rostro de Miriam al sentir a Ana cerca de ella.

-Te quiero. - susurró Miriam.

Ana sonrió y la abrazó con fuerza. Dejó un beso en el hombro de Miriam, que hizo que la piel de la rubia se erizara. Se quedaron quietas durante un buen rato, hasta que el sonido de las tripas de Ana las sorprendió. Ana abrió los ojos y se puso colorada. Miriam rió y colocó una mano en el vientre de Ana, masajeándolo. Poco a poco, se colocó de tal forma que Ana se quedara bajo ella.

-¿Tienes hambre? - dijo Miriam en un tono divertido.

Ana sonrió de lado y tiró de la camiseta de Miriam hacia ella. Rozó sus labios y sonrió. Miriam la miró divertida y enredó un mechó del pelo moreno de Ana en su pelo.

-Sí, tengo hambre, pero de ti. - dijo Ana pícara en el oído de la leona.

Miriam rió y besó a Ana. La canaria bajó sus manos hasta llegar al trasero de Miriam. La leona gimió y atrapó el rostro de Ana entre sus manos, besándola a continuación. Ana sonrió en el beso y lo alargó colando su lengua en la boca de Miriam. Estuvieron un rato besándose, hasta que Miriam se separó un poco, jadeante. Mordió el labio inferior de Ana, pero se sorprendió al escuchar de nuevo la tripa hambrienta de Ana.

-Anda, bajemos y preparemos algo para desayunar. - dijo Miriam incorporándose en el borde de la cama.

-Pero yo te quiero comer a ti. - dijo Ana abrazándola por detrás y dándole besos en el cuello.

Ana agarró la cintura de Miriam con fuerza y le mordió delicadamente el cuello. Miriam sonrió y cogió las muñecas de Ana. Giró su cabeza y se encontró con sus labios, que los besó apasionadamente. Quitándole suavemente las muñecas de su cintura, Miriam se puso de pie, agachándose un poco para que sus labios no se separaran de los de su novia. Se separó de Ana y la sonrió divertida.

-Esta noche te dejaré que me comas enterita. - dijo Miriam. - Pero ahora quiero que tú y yo bajemos a desayunar.

Ana se cruzó de brazos y puso un puchero.

-¿Y si no quiero? ¿Y si no bajo hasta que no me dejes hacerte lo que yo quiero? - dijo Ana divertida.

-Pues entonces hago yo que bajes. - dijo Miriam con una sonrisa pícara y acercando sus labios a los de Ana.

-Atrévete. - susurró Ana en su boca.

Miriam levantó las cejas y se pegó más a la canaria. Cuando Ana fue a darle un beso, Miriam la agarró d ela cintura y, en un movimiento rápido y ágil la subió a su hombro. Salió de la habitación con Ana a cuestas y bajó las escaleras mientras Ana no paraba de darle pequeños golpes con sus puños en su espalda. Cuando llegó a la cocina, Miriam dejó a Ana encima de la isla y colocó sus manos en sus piernas.

-Te quedas aquí quietecita hasta que haga el desayuno.

-Eso no vale, Miriam. - dijo Ana poniendo un puchero.

-Tú misma me has desafiado.

Miriam le guiñó un ojo y se dio la vuelta, abriendo la nevera. La mirada de Ana se deslizó por el cuerpo de Miriam, comiéndoselo con la mirada.

Mi vida no es la misma sin ti | WariamWhere stories live. Discover now