Capítulo 8

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La alarma del móvil sonó. Ana abrió los ojos poco a poco, no le gustaba despertarse tan temprano, y encima ahora tenían clases. Miriam seguía abarazada a Ana y seguía durmiendo plácidamente. Ana sonrió y pasó un dedo por su mejilla, acariciando a Miriam suavemente para despertarla.

-Miriam... Despierta. - susurró Ana.

-No. - dijo abrazando más fuerte a Ana.

-Encima de que ayer fuiste tú la que cortaste todo el rollo para dormir bien y llegar bien a clases, ahora no te quieres levantar. - dijo Ana.

-No te enfades. Solo cinco minutos más, quiero disfrutarte un ratito.

Ana se intentó escapar del abrazo de Miriam, pero esta no la dejó. Se agarró fuerte de la cintura de Ana y volvió a cerrar los ojos. Ana intentó empujarla, pero al tenerla encima no lo conseguía. De repente se le ocurrió una idea: hacerla cosquillas. Estaba segura de que a la leona la iba a molestar.

Colocó sus dedos sobre la cadera de Miriam y comenzó a hacerla cosquillas. Miriam se empezó a mover de un lado para otro.

-¡Ana, no, para! - dijo Miriam intentando que los dedos de Ana no la tocaran.

-¿No te gustan las cosquillas? - dijo Ana con una sonrisa burlona en su rostro. - Ven aquí.

Ana se puso de rodillas y se tiró encima de Miriam. La inmovilizó con su cuerpo y sus dedos empezaron a recorrer el cuerpo desnudo de la gallega. Miriam no paraba de reír. Entonces, con un movimiento rápido, Miriam agarró las muñecas de Ana y se puso encima de ella, atrapando su cuerpo con sus piernas.

-Ahora ya no te mueves. - sonrió Miriam.

Ana intentó escaparse del agarre de Miriam, pero la tenía inmovilizada. De repente, la puerta se abrió y Mireya entró. Al ver la escena de Miriam en ropa interior encima de Ana, abrió mucho los ojos. Miriam se giró y miró hacia la recién llegada. Después se tumbó al lado de Ana y se tapó hasta el cuello con la sábana. Ana empezó a reír y se puso colorada.

-Vine a por mi ropa, creía que seguiríais dormidas, pero no... - rió Mireya. - Si queréis me voy y seguís haciendo vuestras cosas.

-¡No! - dijo Ana. - Yo ya me iba.

Ana se levantó y cogió la camiseta del pijama de Mickey que estaba tirada en el suelo. Después fue al baño y recogió su ropa todavía empapada. Le dio un beso en la mejilla a Mireya y abrió la puerta. Antes de salir, se giró y miró a Miriam.

-Ahora te traigo tu pijama, Miriam. Gracias por prestármelo ayer.

-De nada. - sonrió Miriam. - Por cierto, tienes un culo muy bonito.

Mireya miró a Miriam con los ojos abiertos y empezó a reír. Ana, en cambió, se tapó la cara y salió corriendo de la habitación. Iba a matar a Miriam por lo que le acababa de decir.

🐾🐾🐾🐾

Mireya se sentó en la cama de Miriam y la miró con una mirada pícara.

-Bueno, ¿me vas a contar esto o no? - dijo Mireya.

-¿Contarte el qué? - dijo Miriam levantándose de la cama y poniéndose la bata rosa.

-Ah, no me vas a decir por qué estabas en ropa interior encima de Ana.

-Me estaba haciendo cosquillas y era la única forma de pararla.

-Sí, ¿y por qué estábais las dos en sujetador?

-Vistes que ayer llovió, ¿no?

-Sí. - contestó Mireya.

-Pues ya está. Todo explicado. - dijo Miriam cogiendo ropa de su armario y dirigiéndose al baño.

Mi vida no es la misma sin ti | WariamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora