49. La nuit est a nous

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Escuché a varios chicos a mi lado gritar "uhh" como si tuvieran doce años y les atrajera una pelea. Pero no les di importancia. Me giré hacia el chico de los tragos. Él ya tenía uno preparado para dármelo aunque no le había dicho qué era lo que quería. Supongo que habrá pensado que soy una novia enojada y con eso ya sabía qué hacer. No lo sé. No me importó.

Tomé el vaso miré al gemelo — Disfruta de la fiesta mientras puedas. Porque cuando Derek llegue y sepa que invitaste a todo el instituto e hiciste una fiesta en su departamento... Digamos que no saldrás de esta para contarlo. ¡Adiós!

Me alejé con una sonrisa triunfante. El terror en el rostro de Aiden valió la pena. Al parecer, cuando robó mis llaves y organizó todo esto, se olvidó en pensar las consecuencias. Sólo a los idiotas les pasa eso.

Admitiendo la verdad sobre el comentario de Isaac, me quedé a un costado del salón. No podía parar esta fiesta ni moverla. Sólo me quedaba seguir el ritmo del lugar y esperar a que Derek llegue (y que no asesine a todos). Me acomodé contra una pared y le di un buen sobro al trago. Tosí al instante. Siempre me olvido que el alcohol quema la garganta. El siguiente sorbo estuve preparada. Lentamente lo fui tomando de a poco.

Unos chicos que estaban cerca de la biblioteca llamaron mi atención. Estaban ebrios, claramente. Uno de ellos había tomado uno de los libros de Derek. Eso no iba a terminar bien. Caminé hacia ellos aún con mitad de mi trago en la mano. No puedo detener la fiesta, pero puedo evitar que estos idiotas rompan los libros de mi novio.

Yendo hacia ahí, me choqué con una cara conocida. Por suerte, el vaso se mantuvo entre mis dedos. Kira alzó las cejas sorprendida — Disculpa, Sarah. No sabías que estabas aquí...

Quería decirle lo mismo. Por lo que sabía, ella, Scott y Stiles habían ido a la estación de policía para recuperar unas fotos que estaban en el celular de la muchacha (no me preguntes qué tipos de fotos, ni yo quiero saber eso). Cuando Allison mencionó que mi mejor amigo estaba aquí, supuse que también ella y mi hermano. Su plan pareció haber salido bien, de otra forma no estarían acá.

Le sonreí con cordialidad — No te preocupes. Si me disculpas, tengo que impedir que esos imbéciles rompan los libros de mi novio. Ya vengo. —y pasé de largo, ignorando su segundo comentario.

Al llegar al grupo de tres chicos, tomé el gran libro que tenía uno de ellos y lo volví a poner en su lugar — No toques eso. En realidad, no toques nada —dije con voz dura. El chico pelirrojo, el que tenía el libro, rió.

—Es que estos libros son taaaaaaaaan raros... —su aliento era 80% alcohol y 20% de un olor asqueroso. Hice una mueca—. ¿Quién tiene libros que hablan sobre criaturas míticas? ¡El dueño del lugar debe estar loco! —antes de que pudiera decirle algo, se inclinó hacia delante y vomitó sobre mis zapatillas.

Esto parece un dejá vù. Apreté mis labios conteniendo mis ganas de trompearle. Aparentemente no hacía un buen trabajo conteniéndome porque alguien detuvo mi brazo (que se había levantado por voluntad propia) y me alejó de los tres muchachos. Una pelirroja apareció en mi campo de visión.

—¿Estás borracha? —preguntó con preocupación y mirando el vaso en mis manos. Fruncí el ceño antes de responder.

—Ojalá.

Realmente no puedo seguir sobria con esta fiesta en pie y ahora con vómito en mis zapatillas favoritas (segundas favoritas, las primeras fueron las Converse que Derek arruinó con su vómito negro hace un año).

Paranoia [Teen Wolf]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz