61: Inmensamente Felíz

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Embarazada.

Ella estaba embarazada.

Me desplomé en el sofá. Estaba totalmente paralizado, y mi cerebro no acababa de procesar la información. Luego de unos minutos, una sonrisa se dibujo en mi rostro. Estaba feliz, muy feliz. Era la mejor noticia que había recibido en la vida, y de la mujer que más amaba. Empecé a pensar en _____. Por el Ángel, acababa de ser un idiota, cuando ella solo estaba intentando decírmelo. Ahora entendía la razón de su nerviosismo hace unos minutos. Estaba buscando la forma de hablarme, y yo no hice más que ignorar esas señales, y atocigarla con recriminaciones. Me sentía horrible, y pensé en su última imagen antes de salir por la puerta. Estaba llorando, y estoy seguro de que estaba más que furiosa. Salí prácticamente volando de allí, y me dirigí a nuestra habitación. Entre lo más rápido que pude, pero no estaba. Busqué por toda la habitación, y en el baño, pero nada. Supuse que estaría con Iz, así que fui a su habitación, y cuando llegué, me detuve en la puerta. A través de la vieja madera, pude escuchar los sollozos de alguien, alguien que suponía, era _____. Tomé aire varias veces mientras apretaba los puños. Me sentía un imbécil, pero junte valor, y llamé a la puerta. Esperé unos segundos, y al abrirla, apareció Izzy. Me miro sería.

- Si no viniste a disculparte, será mejor que te vayas - me dijo.

- N-no, Yo solo quiero hablar con _____ - dije.

- Bien, los dejaré solos - dijo, y con un suspiro, se fue.

Yo entre en la habitación. ______ estaba sentada en la cama de Isabelle, con la cabeza escondida entre las piernas, y estas contra su pecho, mientras las abrazaba. Pude notar que estaba llorando, por los movimientos que hacía. Verla así hacia que sintiera una puntada de dolor en el pecho. Que se me estrujara el corazón. Me acerqué a ella, y me senté a su lado. Fue cuando alzó la cabeza, y pude ver los rastros de húmedas lágrimas, que limpió violentamente al verme. Pensé que estaría roja de la furia, y hechando humo por la nariz, más no fue así. Tan pronto alzó la mirada, se sentó en mi regazo, y me abrazó fuertemente, como si no fuera a hacerlo nunca más. Yo acomode mi mentón en su hombro, y respire su aroma. Ese dulce olor de menta y lavanda que adoraba.

- Si vas a dejarme hazlo ahora - dijo en mi oído. Yo me separe de ella con una mueca de asombro.

- No. Escucha, te amo, y nada va a cambiar eso. - dije acunando su rostro con mis manos - Pero creo que ahora tendrás que compartir ese amor con el pequeño o pequeña que se encuentre aquí - dije con una sonrisa, mientras posaba una mano sobre su barriga.

Ví que su rostro se iluminaba, y sus labios se arqueaban mostrando sus dientes. Eso era todo lo que necesitaba. Estrelló sus labios con los míos, en un dulce beso. Podía sentir el sabor salado de sus lágrimas mientras posaba mis manos en su cintura, atrayendola más hacia mí, si es que era posible. Sus manos jugaban con mi cabello, y su boca se movía al compás de la mía. El aire se acabó en mis pulmones, y, muy a mi pesar, me separé de ella.

- ¿Ya no estás enfadado conmigo? - me preguntó sin dejar de mirarme a los ojos.

- Por supuesto que no. - dije corriendo un mechón de su cabello, detrás de su oreja - No te lo voy a negar, me hubiera gustado saberlo antes, pero no estoy enfadado contigo -.

- Bueno, pues yo me enteré hoy, así que no estamos muy diferente - me dijo.

- ¿Hoy? -.

-Sí, Izzy venía insistiendome hace días, pero yo estaba aterrada. Hoy me hice la prueba de embarazo - explicó.

- ¿Aterrada?¿Porque? - le pregunté.

- No sabría decirte con exactitud. Estaba aterrada porque me dejaras. Porque resultara positivo. - suspiro - No lo sé, estaba aterrada porque nunca me habría imaginado que podría estar así. Embarazada del hombre que amo - dijo, y escuchar esa frase me hizo la persona más feliz del mundo.

- Es la mejor noticia que podría haber recibido en toda mi vida - le dije.

Ella sonrió ampliamente, y cuando iba a acercarme para besarla, se escucharon unos ruidos detrás de la puerta. Ambos nos miramos extrañados, y ____ se puso de pie. Yo imite su acción, y  nos acercamos silenciosamente hacia la puerta. Luego nos pegamos en esta, para escuchar una voz familiar.

- Que sí Simon. Se reconciliaron. - dijo la voz de mi hermana la metiche a través de la puerta.

- Desearía poder verlos... Aguarda, no se escucha nada. Oh, te llamo luego cariño. No quiero que se acuesten en mi cama... Sí, yo también te amo. Ok, adiós - dijo.

Nosotros nos separamos de la puerta, y nos paramos frente a ella para ver a Isabelle entrar torpemente. Su mirada estaba en la cama, pero cuando se volvió a nosotros, que estábamos en una posición acusadora, rió nerviosamente.

- Yo... - empezó a decir, pero ____ la cortó.

- ¿Acabas de decirle a Simon? - preguntó.

- Bueno, yo... Puede que sí - dijo con inocencia.

- ¿Quien más lo sabe? - pregunté.

- Nadie. Alec se fue con Magnus, y Patrik salió a visitar a Raphael - dijo.

- ¿Raphael? - cuestione - No tenía idea de que se conocieran.

- Sí, él y Patrik eran buenos amigos, lo son - aclaró _____ mirándome. Luego se dirigió a Isabelle - Escucha, si no fuera por que estoy a punto de vomitar, me enfadaria contigo - y dicho esto, se fue al baño. Yo la seguí, y sostuve su cabello mientras expulsaba todo el contenido de su estómago.

Era realmente asqueroso, pero aún así no me importó. Mi cabeza solo estaba en ese pequeño o pequeña que se encontraba en su barriga. Era mío. Mi hijo. En ese momento, aunque estuviera sosteniendo el cabello de mi novia mientras que vomitaba, no pude evitar sentirme inmensamente feliz.

¿Nephilim o Mundana? (Jace Wayland y Tú) EN PROCESO DE EDICIÓNWhere stories live. Discover now