4: Charlas Sinceras

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✓Editado✓

Narra ____

- ¡¿Qué haces?! - Jace entró corriendo en la cocina y se arrodilló junto a mí. Me quitó el cristal de la mano y me ayudó a ponerme - Podrías haber avisado que eras una suicida, habría quitado objetos filosos y cristales de tu alcance - dijo mientras abría el grifo y dejaba que el agua corriera por la herida.

- No soy una suicida. - le dije molesta - Tú no sabes nada de mi vida.

- El hecho de que no se nada sobre ti no significa que no sepa que por más que puedas aplicarte una Iratze no justifica que te lastimes así. - cerró el grifo y me sentó en la mesa. Se arrodilló frente a mí, tomando su estela - A ver, dame esa mano.

- ¿Y por qué debería confiar en ti? - dije secando mis lagrimas - Básicamente me secuestraste hoy.

- Está bien lo siento, pero era urgente. - me miró a los ojos - Ahora podrías dejar que te aplique una Iratze o podrías sanar como un mundano, lenta y dolorosamente.

- Esta bien - dije más calmada, y le dí la mano. En cuestión de unos pocos segundos ya había sanado completamente.

Jace junto los cristales que seguían en el suelo y se sentó junto a mí.

- Ahora cuéntame - frunció en ceño - ¿Por qué te hiciste eso?

- Es complicado de explicar - suspiré.

- Pues inténtalo - dijo él.

- Esta bien... - cerré los ojos y tragué saliva - Hoy hace un año, mis padres murieron en unas vacaciones en Alemania. Ellos... Nunca quisieron que aprendiera a entrenar, luego de la muerte de mi hermano en una batalla prefirieron no arriesgarse conmigo. - una lagrima se resbaló por mi mejilla, la cual limpié rápidamente - Murieron en un ataque de demonio mayor, y... Antes de que atacara me dijeron que corriera a la casa donde nos alojábamos. Dijeron que si no volvían, que me largara a New York, al departamento de mi hermano, y así lo hice. Durante un largo tiempo no quise saber nada del mundo de las sombras.... Hasta que Maryse me dio una carta de mi padre. Luego decidí quedarme aquí, por ellos. No hacerlo los defraudaría, y... Acabo de tener pesadilla, me desperté muy angustiada y temblando así que vine por un poco de agua, y el vaso resbaló de mis manos. Pero cuando recogía los cristales recordé ese sueño y yo... N-no pude evitarlo. - hice una pausa - El resto ya lo sabes...

- Lo lamento mucho, - dijo Jace - Pero... ¿Qué soñaste?

- E-es una estupidez - me puse de pie secando mis lagrimas nuevamente.

- Pues no creo que haya sido una estupidez para que te hayas hecho daño de esa forma - tiró de mi brazo, haciendo que me sentara.  

- Bien... - suspiré, y le expliqué todo el sueño - Así que cuando estaba juntando los cristales no pude evitar escuchar a mi hermano diciendo que todo era mi culpa, y a mis padres diciendo que debería estar muerta.

- No piensas eso, ¿Verdad? - dijo Jace con semblante frío. El mismo que había mantenido desde que lo ví por primera vez.

- No lo sé - dije - ¿Qué tal si... Si en realidad debí morir con ellos?

¿Nephilim o Mundana? (Jace Wayland y Tú) EN PROCESO DE EDICIÓNWhere stories live. Discover now