55: Dependencia y Familiaridad

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Narra Jace

Siento el calor de mi piel contra la de _____. Nos encaminamos a Central Park, mientras nuestras manos siguen entrelazadas, y no quiero soltarla, por más que tenga que hacerlo en breve. Siento que debo memorizar cada gesto, o detalle suyo, para así de alguna forma tenerla a mi lado, aunque físicamente no este. Sus ojos azules, que se intensifican en los bordes del iris, esos mismos que detesto ver inundados por el agua salada de sus lágrimas. Su cabello castaño, igual que la madera de un roble en otoño, que rebota con facilidad sobre sus hombros. Sus labios rosados, suaves y tersos, esos que adoro besar con dulzura y cautela, puesto que siento que puedo romeprla. Al igual que su pálida piel de porcelana.

No quiero dejarla ir. En mi interior siento una puntada de culpabilidad, porque debo dejarla a solas con Jason y Adam, y no puedo estar a su lado para protegerla. Pero de que ella es fuerte, y me lo ha demostrado miles de veces. Solo ruego al Ángel porque pueda volver a tenerla entre mis brazos, y decirle una vez más que la amo. Solo quiero que esto acabe para pasar el resto de mi vida con ella.

Siento que agitan mi mano, y una suave voz irrumpe en mis pensamientos. Esa voz que es una dulce melodía para mis oídos.

- Oye, Jace¿Me escuchas? - preguntó mientras nos deteníamos en seco.

- No, lo lamento, estaba distraído¿Que decías? -.

- Que aquí nos separamos - dijo, y sentí un peso caer sobre mí - Central Park esta a una calle, no pueden vernos juntos - acarició mi mejilla con las yemas de sus dedos.

- No quiero dejarte - insistí.

- Todo estará bien. Lo prometo - dijo uniendo nuestras frentes - Y no he fallado en mis promesas últimamente -.

Ambos reímos, y grabó en mis labios un casto beso, e iba a separarse, pero la atraje hacia mí intensificando el beso. Poniendo una mano en su nuca, mientras ella posaba la suya en mi brazo. Nuestros labios bailaban al compás, y encajaban perfectamente. No tenía intenciones de terminar con ese beso, y ella tampoco. Ambos aguantamos la falta de aire por unos segundos, más se hizo insoportable, por lo que me separé de ella, pero sentía frío. Frío en mis labios, y en todo mi cuerpo. No por la brisa que corría por las calles de New York, si no porque me faltaba _____. Me completaba, y me hacia dependiente de ella. Por más que odiara admitirlo, era dependiente de alguien. Y si la perdía, me perdía. Si ella moría, yo moría. Y si ella vivía, yo indudablemente iba a hacerlo a su lado.

- Te amo. Y por más que te lo haya dicho mil veces, mis labios nunca se cansarían de recitarlo. Por ti - las palabras salieron involuntariamente de mí, pero no me arrepiento. Ví sus ojos empañarse.

- Pareciera que te empeñas en hacerme llorar - dijo, y sus labios arquearonen una sonrisa, mientras que una lágrima recorrió su suave piel. Yo acaricié la misma, borre el rastro de esa lágrima, y bese su nariz - Voy a irme, si no no resistiré -.

Tan pronto pronunció estas palabras, desapareció entre las calles. Y una vez más, la sensación de dependencia se manifestaba con un peso sobre mi pecho, y un frío que me recorría todo el cuerpo, el mismo que desaparecía cuando sentía el calor de su piel junto a la mía.

Narra ____

Puedo ver Central Park frente a mí. El lugar esta atestado de gente, lo cual no me sorprende. Siento unas inmensas ganas de dar la vuelta, y correr hacia Jace. Acurrucarme en sus brazos y hundir mi cabeza en su pecho. Pero no lo hago. No es momento para tener esos pensamientos, pero luego de la charla con Iz, mi cabeza solo va en su dirección, y pienso en las miles de reacciones que podría llegar a tener si estuviera embarazada, pero ninguna es buena. Respiro hondo, expulsando todo el aire de mi sistema, y volviendo a incorporarlo de nuevo, como si eso despejara mi mente. Y funciona. Ando por el camino de cemento que encuentra en el parque sobre el césped, mientras la gente parece no percatarse de mi presencia, lo cual no me asombra, debido a que llevo un glamour. A lo lejos puedo vislumbrar el terreno de los cazadores. Esta rodeado de grandes arboles, que llevan runas en su corteza. Me sorprende no encontrar a Jason o Adam. Ni si quiera un demonio habita sobre el lugar. Apresuro el paso, y tan pronto la suela de mis botas choca con la húmeda hierba, veo como en un parpadeo, ambos aparecen frente a mí. Unos cuantos demonios nos rodean, y su presencia hace que mis manos suden nuevamente, y que mi interior se retuerza. Tengo en claro que no van a atacarme si Jason no lo desea, pero eso no hace que me tranquilice. Y menos teniendo al hombre que abuso de mí, y el que intentó asesinarme enfrente mío. Las comisuras de ambos se elevan al verme, y yo intento no quebrarme y comenzar a temblar.

- Eres puntual por lo que veo - dice Jason dando unos pocos pasos hacia mí, la misma cantidad que retrocedí.

- ¿Puntual para qué? - lo cuestiono.

- Para que presencies mi venganza contra La Clave. Tú eres un punto muy importante de todo esto. Uno central más bien - dijo con cierta diversión.

- Por el Ángel Jason, ¿Porque haces todo esto? - dije sin medir mis palabras antes de expulsarlas.

- Sabes, no pensé que fueras tan estúpida de no reconocerme - dijo, haciendo que mi estomago diera un vuelco, y mis manos comenzaran a temblar levemente. Aunque una extraña sensación de familiaridad hacia él me recorre. Y me percato de que esa sensación siempre estuvo ahí.

Adam se me vino encima, y me sostuvo por los brazos, inmovilizadome, tal y como lo había visto. Su tacto me provocaba repulsión, y me hacía contener el aire. Solo quería correr. Salir de este lugar. Pero pronto la cólera me invadió. Adam había dejado cicatrices en mí. Me había hecho un daño irreparable. Jason había hecho un daño mayor. Mi familia. No había vacilado en quitármela. Y ahora estoy aquí, sintiendo la sangre hervir en mis venas. Así como ellos no repararon en el daño que causaban, yo tampoco voy a hacerlo al acabar con ellos. Ya no me voy a ocultar entre las sombras como una cobarde. Esto se acaba esta noche.

¿Nephilim o Mundana? (Jace Wayland y Tú) EN PROCESO DE EDICIÓNWhere stories live. Discover now