Ella es una cazadora de sombras. Vivía en Idris hasta que un ataque demoníaco en unas repentinas vacaciones, envía a sus padres a la Ciudad del Hueso. Sin entrenamiento y sola en el mundo de las sombras, decide ocultarse como mundana en New York. T...
- Pues... - antes de que Izzy pudiera terminar de hablar, Jace y sorprendentemente, Alec, estaban de pie en la entrada, apoyados en el marco de la puerta - ¡Oh! Chicos, pasen.
- ¿Para qué nos llamaste hermana? - preguntó Alec. Espero que no sea lo que estoy pensando, o mataré a Izzy.
- Lo que pasa es que... - me dirigió una mirada cargada de ilusión - ____ cumple años mañana, y estaba pensando que podríamos ir a una fiesta que organizará Magnus en la noche - al escuchar su nombre, Alec se incorporó.
- Iz enserio, lo aprecio... - le dije vagamente - Pero no me siento bien para ir a una fiesta. Pueden ir ustedes, yo creo que me quedaré aquí - dije mirándolos.
- No lo creo, anciana. No te quedarás aquí amargada mientras nosotros estamos de fiesta - miro a Jace y Alec - ¿Cuento con ustedes? - preguntó a sus hermanos.
- Conmigo sí - dijo Alec, aunque su respuesta era obvia.
- También conmigo. - dijo Jace - Ah… y _____, - alze la mirada hacia él a - Iz tiene razón, te hará bien salir - dijo. Todavía no comprendo como es tan silencioso, si no hubiera hablado, hubiera pensado que ya no seguía allí.
- Bien - Isabelle parecía complacida - ¡Mañana tendremos una fiesta!
- Pero...- intenté protestar, más Izzy me interrumpió.
- Shh - se acercó a mí y miró a los chicos - ¿Podrían dejarme a solas con ella?
Jace y Alec abandonaron la habitación en menos de un segundo. Isabelle los vió alejarse, y una vez solas, se volteo a verme.
- Oye... - se sentó junto a mí - Yo se no quieres salir con nosotros por tus padres, pero... - se quedó mirando al suelo - Mira, - me miró nuevamente - yo tenía un hermano pequeño y... hace un par de años él murió. Yo me sentía igual que tú. Tenía pesadillas, me... Me sentía culpable, no quería salir ni de mi habitación, hasta que un día entendí que si me quedaba encerrada y culpándome por él resto de vida no llegaría a ningún lado. Así que ese día me vestí, cepillé mi cabello, me maquillé, me puse mis botas de tacón, y salí. No quiere decir que olvidé a Max, pero se que él no hubiera querido que me torture toda mi vida - vi sus ojos cristalizados.
- Vayamos de fiesta entonces - le dije casi susurrando con voz ronca y con una pequeña sonrisa forzada asomándose en mi boca.
- ¡Sí! - en ese momento Isabelle me abrazó fuertemente durante unos segundos, y al separarse de mí su expresión cambio totalmente, y abrió los ojos como dos platos - ¡Oh por dios!
- ¿Qué pasa Iz?- le dije preocupada. Pero en ese momento salió disparada de la cama y corrió, adentrándose en su gran armario. Lo entendí todo.
- ¡No se que te vas a poner! - se asomó por la puerta - ¿Vas a venir o no?
- Ya voy - dije vagamente, caminando hacia su closet.
Nos demoramos una hora en elegir un vestido y unos zapatos que según Izzy combinaran. Eligió un vestido negro ajustado con encaje, el cual yo no estaba de acuerdo al principio, pero Isabelle insistió, y unos zapatos negros, por supuesto, nada menos de quince centímetros.
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Una vez que terminamos, nos despedimos, y fuí a la cocina por algo de comida. Luego de mi entrenamiento siempre muero de hambre.
Cuando llegué a la cocina, ví a Jace sentado en la mesa, muy concentrado en lo que parecía ser un libro.
