Ella es una cazadora de sombras. Vivía en Idris hasta que un ataque demoníaco en unas repentinas vacaciones, envía a sus padres a la Ciudad del Hueso. Sin entrenamiento y sola en el mundo de las sombras, decide ocultarse como mundana en New York. T...
- Lo haré - dije decidida. Haría lo que fuera por por encontrar a Jason. Después de todo, el asesinó a mi familia.
- Claro que no - dijo Jace poniéndose frente a mí. Lo miré estupefacta.
- Nosotros los dejaremos hablar, vamos Magnus - dijo Alec llevándose a su novio. Cuando estuvimos completamente solos, hablé.
- ¿Porque no? - pregunté indignada.
- Porque ya casi te pierdo una vez, y no volverá a suceder. Puedes llamarme egoísta, pero no voy a perderte - dijo mirándome a los ojos.
- Oye, no eres egoísta. Entiendo lo que sientes, porque creeme que yo estaría igual, pero debo hacerlo. Escucha, cuando Jason me raptó, me confesó algo. El envío los demonios que asesinaron a mi familia. Yo tengo que encontrarlo, debo hacerlo - dije acunando su rostro con mis manos.
- ¿Porque no me lo dijiste? - dijo preocupado.
- No lo sé. Supongo que no se dió la oportunidad, ahora no importa. Pero te juro por el Ángel, que jamás te dejaré - digo mientras el me envuelve en sus brazos. Suspiro pesadamente.
- Bien - dijo, y al segundo fue interrumpido por Magnus, que apareció en la habitación dramáticamente.
- _____! Querida no podremos practicar hoy. - dijo frente a mí - Mi garbancito me acaba de decir sobre la cena en la noche, y debes prepararte, igual que yo. Vendré a las ocho para partir al restaurante - dijo casi sin respirar.
- Espera. Magnus ¿Que hay de lo que hablamos recién? - pregunté.
- Bueno, yo recomiendo que esperemos. Si entre hoy y mañana no tienes ninguna visión, lo haremos. Ahora me voy, yo también debo prepararme - dicho esto salió de la enfermería.
- Bueno - dije riendo - creo que esa es mi señal para ir con Izzy. - le dí un corto beso en los labios a Jace - Nos vemos luego.
- Adiós - dijo Jace con una sonrisa en el rostro.
[...]
Estaba frente al espejo arreglando mi cabello, cuando ví a Izzy con su vestido. Le quedaba genial.
- Wow, estas hermosa Iz - dije volteandome a verla.
- ¿Tu crees? Porque estoy hecha un manojo de nervios. No se porque Simon organizó todo esto. Además hace dos días que no me habla, y no se que vaya a pasar hoy - dijo mientras caminaba de una punta a la otra. Yo seguía sin entender como una tan rápido en tacones, yo apenas puedo caminar sin parecer una gallina renga.
- En serio Simon te gusta. Tranquila Iz todo va a estar bien - dije acercándome a ella.
- Gracias. Tú también te ves muy hermosa - me dijo con una sonrisa.
- Gracias Izzy. Iré a buscar algo a mi habitación ¿Nos vemos abajo? Ya casi son las ocho -.
- Bien, yo voy a darme unos retoques - dijo acercándose a su tocador.
Yo me fui directo a mi habitación. Presentía que iba a ser una noche especial, así quería usar el anillo que mi madre me había regalado en nuestras vacaciones en Alemania. Era de plata con una pequeña piedra azul en el centro, rodeada de cristales más pequeños.
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Me quedé un momento frente al espejo, arreglandome un poco, cuando ví la puerta de la habitación abrirse, dejándo ver a un Jace completamente mundano. Llevaba un traje negro y una camisa blanca sin corbata, con los dos primeros botones abiertos, dejándo ver un poco de su pecho, y en él algunos trazos de runas. Se veía muy bien. Él se acercó hacia mí y me abrazo por la cintura mientras ambos nos veíamos por el espejo.
- Te ves hermosa - dijo dándome un beso en el cuello.
- Y tú te ves muy guapo - le respondí con una dulce sonrisa.
- ¿Sabes? Juntos nos parecemos a un novio y novia mundanos - me dijo y yo reí percatándome de que era cierto.
- Tienes razón - dije volteandome para quedar de frente a él. Pase mis manos por detrás de su cuello, y las suyas seguían en mi cintura.
- Entonces, ¿Puedo besar a la novia? - preguntó Jace haciendo que nuestros labios se rozaran por nuestra cercanía.
- No si yo beso al novio primero - dije.
En un momento nuestros labios estaban unidos en un dulce beso, que Jace profundizó apegandome más a él, haciendo que mi espalda se arqueara. Sus manos viajaban por mi espalda, y las mías jugeteaban con sus cabellos, enredando sus rizos dorados en mis dedos. Descargas eléctricas viajaban por mi cuerpo frenéticamente, y mi corazón se aceleraba más a cada segundo, haciendo que mi piel se erizara. Pronto en aire se acabó en mis pulmones, y uní nuestras frentes, mientras nuestras respiraciones agitadas se mezclaban.
- Te amo Jace - le dije un poco más calmada.
- Y yo a ti ____ - dijo, y volvió a besarme. Fue un beso algo más corto que él anterior, pero era igual de placentero que todas las veces que mis labios se estrellaban con los de Jace. Mordió mi labio inferior antes de volvernos a separar.
- Sabes que odio decirlo, pero debemos irnos. Están esperandonos abajo - dije separándome de él.
- Bien - dijo de mala gana, y me tendió el brazo - ¿Vamos señora Herondale? - dijo divertido.
- Vamos señor Herondale - dije riendo mientras tomaba su brazo.
Ambos nos dirigimos hacia las escaleras y partimos al el restaurante.
[...]
Al llegar todo era muy lujoso. Los techos eran altos, de mármol color crema con betas negras. De él colgaba una gran araña llena de luces amarillas que se reflejaban en los espejos de las paredes. El lugar se encontraban poblado de mesas de roble oscuro, con manteles rojos y un par de velas en el centro. Cada ciertos metros una columna de mármol blanco se alzaba hasta el techo. Todo estaba lleno de gente. Algunos sentados en las mesas, degustando de su comida, y otros esperando a ser guiados a una. Los meseros de camisa blanca y chalecos negros, viajaban a través del lugar, con bandejas y libretas sobre sus manos.
Pedimos que nos llevarán a la reservación del señor Lewis, y un hombre de la recepción nos guió por entre el mar de gente hasta un salón más alejado.
