2: La Carta

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✓Editado✓

Narra ____

De camino al instituto no hice más que patalear y arrepentirme de haber abierto la puerta, pero nada de eso sirvió. Jace no me bajó en ningún momento.

Cuando entramos en el Instituto fuimos al despacho de la directora, Maryse. Jace abrió la puerta y entró, todavía cargándome en su hombro. No me bajó hasta no asegurarse de que tenerme cautiva. Maryse miraba la escena horrorizada.

- Ahora si ya cálmate fierecilla. - dijo duramente, y miró a Maryse, quien estaba detrás del escritorio de madera tallada - Aquí la tienes.

- ¡Jace! - grito Maryse - ¡¿Cómo se te ocurre traerla así?!

- Pues no quería venir y dijiste que era urgente, así que....- se explicó Jace.

- Bueno, pues no era la forma. - le dirigió una mirada iracunda - Ahora vete, quiero hablar a solas con _____.

Jace salió dando un portazo.

- Te ruego que lo disculpes, _____ - dijo Maryse mirándome a los ojos, saliendo de detrás del escritorio.

- Que no le enseñan modales - pregunté de manera retórica, mirando la puerta.

- Sí, pero no se molesta en aprenderlos. - Maryse contestó de todas formas. Se sentó en un sillón verde militar que había frente a la chimenea, y me hizo una seña para que me sentara frente a ella, en la versión más pequeña del mismo - Ahora cuéntame, ¿Dónde estuviste todo este tiempo?

- En el departamento de mi hermano, a unas calles de aquí. - la miré a los ojos - Luego de la muerte de mis padres....

- Oh sí, los recuerdo. - miró las flamantes llamas detrás de mí - Eran unas grandes personas.

- Y vaya que lo eran - fruncí el ceño - Maryse, ¿Por qué me llamó?, después de lo que ocurrió dije que no quería saber nada más del mundo de las sombras.

- Lo sé, pero... antes de partir a Alemania, tus padres me dejaron una carta. - hizo una pausa - Me dijeron que si les pasaba algo que la abriera, y así lo hice. Expresaba que, en el caso que de llegara a pasarles algo, debía traerte al instituto conmigo, y darte el entrenamiento adecuado. Ellos no querían que quedarás desamparada ante el mundo de las sombras. Tú no me conoces, pero yo a ti sí, era una vieja amiga de ellos.

- ¿Puedo ver la carta?- dije con los nervios quemando mi piel.

- Sí, seguro. - Maryse se puso de pie y buscó en los cajones de su escritorio - Aquí está - camino hacia mí y me la entregó.

El solo ver el sobre hizo que comenzara a temblar. Tenía el sello de mi padre. Tomé la carta y comencé a leer. Era la letra de mi padre también. En ese momento sentí que si rechazaba la oferta defraudaría a mis padres, y no podía permitirme aquello.

- Lo haré - me puse de pie.

- Me da mucho gusto. - Maryse también se puso de pie - Le diré a Alec , mi hijo, que te acompañe en busca de tus cosas.

- Maryse - dije un poco tímida - ¿Podría quedarme con la carta?

- Sí, por favor. - se acercó a mí y puso su mano en mi hombro - Ve a esperar a Alec en la puerta principal - dijo cuidadosamente.

- De acuerdo. Gracias por la carta - abrí la puerta y salí de allí con mis ojos ardiendo

Cuando llegué a la puerta principal sequé algunas lágrimas rebeldes que habían caído con la manga de mi sueter, no quería que nadie me viera así.

¿Nephilim o Mundana? (Jace Wayland y Tú) EN PROCESO DE EDICIÓNWhere stories live. Discover now