29: Dejando Cenizas a Su Paso

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✓Editado✓

Narra ____

- Nunca sabrás donde está El Cristal - le dije a Jason, con lágrimas secas que endurecían la suave piel de mis mejillas.

- Si fuera tú lo haría, de todas maneras sabes que morirás, pero tú eliges. O me dices donde está El Cristal, u obligo a tus amiguitos a que me lo digan, y créeme que no será muy placentero - dijo Jason.

- Déjalos en paz - dije con un par de lágrimas escurriéndose de mis ojos aún - Ellos no tienen nada que ver en todo esto, y no pienso decirte donde está El Cristal. Así que adelante, mátame, tortúrame, pero nunca lo sabrás - vi cómo tomaba algo de una mesa que estaba, aparentemente, detrás de mí.

- Por ahora no me dejas otra alternativa. - acercó a mí lo que cargaba entre sus dedos. Era un artefacto metálico. Una aguja, la cual contenía un extraño líquido verde grisáceo. Se dirigió hasta el otro extremo de la camilla y me quitó el conducto por el que extraía mi sangre - Te quitaré esto, no quiero que se heche a perder tanta sangre. - hasta ese momento no había notado que la falta de sangre comenzaba a hacer efecto en mí. Aunque el tiempo que había pasado no era muy largo, me habia quitado demasiada sangre, la suficiente como para llenar uno o dos centímetros de profundidad en una bañera. Todo me daba vueltas, y mis párpados pesaban un poco. Ví la cantidad de sangre que me había quitado nuevamente, solo logré afirmar que era inmensa - Vamos a ver si un poco de veneno más fuerte te... Refresca la memoria - clavó el filo de la aguja en una mis lúcidas venas. Un dolor agudo recorrió mí brazo, y luego comencé a marearme.

Mis párpados pesaban más y más, pero antes de cerrarlos por completo, y dejar que el veneno siguiera contaminando mi cuerpo, pude escuchar un estruendo, y al instante, unas voces, pero no logré distinguir sus palabras porque ya estaba sumida en un profundo sueño.

Narra Jace

Tan pronto cruzamos las puertas del Pandemónium nos dirigimos por entre toda la gente y pieles desnudas hacia la parte trasera de la discoteca. Frente a nosotros, una puerta de algarrobo negra y algo oxidada bloqueaba nuestro camino. Logramos derribarla en unos minutos, y tras ella dejó ver un largo pasillo recubierto de piedra. Caminamos a través de él, y nos topamos con otra antigua puerta de vieja madera, la cual estaba entreabierta. Por su rendija se divisaban unas largas escaleras de caracol, que desprecian en la fría y solitaria oscuridad. Alec, Izzy y yo nos miramos dubitativos y vacilamos un momento hasta que comenzamos a bajar. Yo fuí el primero en hacerlo, detrás de mí Alec, y al final Izzy. Alcé mí piedra de luz mágica para alumbrar el camino, y esta brilló con intensidad, dejando ver la forma de mis dedos recortados en su fulgor. Llegamos al último peldaño, y nos topamos con una puerta más, lo cual ya comenzaba a molestarme. Esta era de titanio, más fuerte que las anteriores. Era completamente negra, sin una marca o rasguño aparente. Tenia una pequeña ventana de no más de diez centímetros de ancho y cinco de largo, los suficientes para que se pudiera ver el interior. Ansioso, me asomé para ver si había alguien ahí, y la ví. _____ estaba atada a una especie de camilla metálica, y habían comenzado con la extracción de sangre, de la cual por cierto, ya habían quitado bastante. También ví a Jason quitándole una especie de conducto del antebrazo, y observé como le inyectaba una especie de líquido verde grisáceo. Mire a Alec e Izzy.

- Están aquí. - dije con desespero - Vamos.

Dibujé una runa de abertura en la puerta, ya que derribarla sería difícil, y un dolor agudo ya recorría mí brazo. Ésta cayó inmediatamente al piso con un ruido ensordecedor.

Entramos en la habitación, y vimos como Jason se sobresaltó, lo que nos daba un punto a favor, ya que si no nos esperaba, no tendría con que atacarnos. Irrumpimos en la habitación, y yo me acerqué un poco a ______, lo suficiente como para ver que estaba inconsciente, seguramente por lo que Jason le inyectó. Volví a mirarlo, pero esa mueca de sorpresa y desespero fue reemplazada por una de diversión. Lanzó una risita maliciosa

- ¡Ah! Chicos, los esperaba antes - dijo con una sonrisa, la cual no albergaba nada bueno desde mi punto de vista.

- ¡¿Qué le hiciste malnacido?! - grite señalando a ____, que yacía pálida en aquel catre de tortura.

- Solo le estoy refrescando la memoria. - volteó a mirarla - Para ser una mundana resultó ser bastante fuerte - volvió a reír.

- Ella no es una mundana - dije entre dientes, consumido por el odio y la rabia.

- Me sorprendes, Herondale. - comenzó a dar unos pasos hacia mí - Fuiste tú uno de los que la llamó así. Mundana. Aceptemoslo, no es más que eso - dijo con desprecio.

En ese momento ví como dos hombres comenzaban a luchar contra Alec e Izzy. Yo me abalancé sobre Jason y comenzamos a luchar. Todo fue demasiado rápido, recuerdo que en un par de minutos mis hermanos ya estaban junto a mí otra vez, y Jason estaba en el suelo. Oímos unos pasos que venían de la puerta, y todos volteamos a ver, menos Jason, que yacía en el suelo casi inconsciente. Allí estaba ella. Clary de pie en la puerta, estupefacta.

- ¡Jason! - corrió hacia el cuerpo y se arrodilló junto él. Luego nos miro desbordando antipatía en su mirada - ¿Qué le hicieron? - se puso de pie.

- Te parece poco lo que le hizo a _____ . Comparado con eso, lo de tu novio es solo un rasguño -  dije con desprecio, y todavía sin poder creer como lo defendía.

- Maldito - comenzó a caminar hacia mí, pero a mitad de camino, un ruido seco seguido una mancha color bermellón que empezaba a empapar su camiseta luego del un estruendo. Se afirmó al suelo como una roca, y bajyo la mirada a su abdomen lentamente, posando sus manos en la zona afectada. Calló de bruces al suelo.

- ¡Clary! - me arrodillé junto a ella, pero era demasiado tarde. El impacto de bala ya había hecho su trabajo, dejándola sin vida. Luego pude escuchar una risa de parte de Jason, y en ese momento no lo había notado, pero estaba frente a un portal.

- No me mires así, Herondale. - se  había puesto de pie - No podía dejar que esa ingenua me quitara el placer de matarte con mis propias manos. Nos volveremos a ver, nephilims, mis asuntos con la mundana - miró a ____ - no han terminado - y de un momento a otro desapareció, dejando cenizas a su paso.

¿Nephilim o Mundana? (Jace Wayland y Tú) EN PROCESO DE EDICIÓNWhere stories live. Discover now