36. Cerrando etapas

Start from the beginning
                                    

—Stiles me ha contado lo que han hecho para encontrarnos. —indicó con sus ojos celestes fijos en mí—. Dijo que algo cambió en ustedes.

—Una oscuridad alrededor de nuestros corazones que sentiremos hasta el día de nuestra muerte —mencioné en voz alta mirando el suelo. Al recapacitar que mis palabras sonaron más morbosas y oscuras alcé la vista y aclaré: — Eso es lo que dijo Deaton.

Papá volvió a suspirar — No puedo cambiar lo que ocurrió. Hubiera deseado que me lo hubieran dicho antes. Pero no podemos cambiar aquello. Así que lo único que les pido es que ahora no hayan más secretos entre nosotros. Haré todo lo posible para entender este nuevo mundo que abrieron ante mí. Pero necesito que ustedes no me oculten cosas. Ni siquiera si es para protegerme. Porque yo soy quien debe protegerles a ustedes.

Sonreí levemente — Nos protegemos mutuamente, papá. —le abracé con ganas. Ocultando mi rostro en su hombro—. Prometo no ocultarte nada. Te quiero, papá.

—Y yo a ti, Sarah. Y yo a ti. —respondió apretando suavemente su agarre.

Nos quedamos así unos buenos minutos. Me agradaba tanto poder compartir un momento tal cual con papá. Tenía tanto miedo de perderle que cualquier cosa que compartamos se siente bien y especial.

Se separó de mí con lentitud. No se levantó de la cama, así que supongo que quería decir algo más. Me quedé mirándole. Ya no había rastro de lágrimas aunque sí podía notar que sus ojos seguían algo rojos. Colocó una de sus manos en mi mejilla y me acarició. Me incliné ante su tacto y le sonreí.

—Otra cosa —dijo al bajar su mano. Estaba mucho más calmado. Seguro que ni ha dormido por todo este rollo de culpa que tenía en sí. Es normal en los Stilinski—. Ayer, cuando estabas haciendo... Ya sabes, eso de la tierra... Y empezaste a gritar... Estoy segura de que dijiste un nombre.

Alcé las cejas. ¿Así será la conversación sobre Derek? Rayos, no me preparé mentalmente para esto.

Suspiré calmada y dejé que él continuara. No iba a afirmar ni a negar, primero quiero todos los hechos al respecto.

—Dijiste Derek. —indicó papá. Asentí—. ¿Sentías su dolor? Stiles me volvió a explicar un poco sobre lo de las hamingjas. Ángeles nórdicos y todo eso. Pero aún se me hace...

—¿Complicado de creer? —papá suspiró asintiendo—. Lo sé. Cuando me enteré de las cosas que podía hacer también estaba algo petrificada. Pero me fui adecuando. Es quien soy y no puedo cambiarlo.

Me sonrió de manera orgullosa, bajé la mirada ante tal reacción — Así que... Derek. ¿Hale, no? —volví a quedarme callada. Nunca sé si es buena idea o no hablar de chicos con mi papá—. ¿Él es con quién has estado saliendo estos últimos meses?

Bajé la mirada. Bien, es hora de mi gran discurso. Ni bien papá me dijo de invitar a comer a Derek, he estado preparando todo un monólogo sobre mi lobo gruñón. Con Stiles ya habíamos hablado de su historia en general, pero papá necesita escuchar otras cosas. Más íntimas (y no me refiero a mi primera vez. Por Dios, eso no). Cómo Derek me protegió tantas veces, el buen corazón que tiene; y claro, mencionar que las dos veces que fue sujeto de investigación fue por nuestra culpa; no porque sea un chico malo.

Quise empezar con ese discurso detallado que tenía pero las palabras no me salían. No sabía cómo empezar, mi mente estaba en blanco. Abrí varias veces mi boca para cerrarla otras tantas veces. Hasta que me dejé de boberías y decidí escupirlo ni bien me salga. Si le daba más vueltas sería peor.

Paranoia [Teen Wolf]Where stories live. Discover now