Capitulo 43

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Capítulo 43


Abrí los ojos como platos y lo empujé levemente con mis manos sintiéndome mareada por la velocidad en que sus labios habían chocado con los míos. Parpadee cuantas veces pude y sentí que todo alrededor se detuvo, como si Dereck fuera la única persona frente a mí, aquellos ojos grisáceos escudriñaron mi rostro, sentí el tacto de sus manos gruesas sobre las mías y como las tocaba de manera delicada.

— Dereck. — musité con voz temblorosa. Esto... Esto no era posible.

— La veo sorprendida, pero espero que no se sienta decepcionada.

— ¿Qué haces aquí? — cuestioné abruptamente.

— Es la fiesta de beneficencia. Debía estar aquí. — eso le hizo fruncir el ceño. — Sin embargo tu... — pasé saliva e ignoré el golpeteo de mi corazón. — Entiendo. Viniste con Daniel.

Observé por detrás de mi espalda y en las escaleras se encontraba Dan hablando esta vez con Ethan.

— Me refiero a que haces aquí... En general. — de alguna manera su presencia en este lugar me confirmaba la razón del porque me sentía tan extraña porque esa necesidad de asistir, nuestros lazos nos acercaban, de alguna u otra manera nos encontraríamos.

Dereck dio un paso hacia mí haciéndome retroceder por inercia y cerrar los ojos. Las yemas de sus dedos acariciaron mi barbilla y tocaron mis labios con lentitud.

— Hay mucho de qué hablar bella dama. — suspiró, elevé mis párpados encontrándome otra vez con esa niebla gris que llevaba en los ojos, apenas podía notar los destellos rojos que eran prácticamente imperceptibles, se había dejado crecer la barba luciendo más maduro y varonil, algo en Dereck había cambiado, y no me refería físicamente, hablaba de algo interno que esperaba fuera más para bien que para mal. — Pero ahora no es el mejor momento.

— ¿No es el mejor momento? ¿De qué hablas Dereck? ¿Por qué volviste? — pasé saliva y me crucé de brazos, sus manos acunaron mi rostro e intenté alejarme de él en vano.

— Tu sabes por quien volví, por ti. — balbuceó, con cada palabra mi corazón se oprimía más y más. — Hay algo que debo hacer.

Quité sus manos de mi rostro y apreté los dientes. — Has lo que tengas que hacer y deja las cosas como están. — quise marcharme rápidamente Dereck sostuvo mi muñeca.

— Margaret, te veo en una hora en la alcoba del segundo piso. — pestañee varias veces sin comprender y Dereck besó mi mejilla susurrando muy cerca de mi oído. — Necesito decirte algo, por favor no faltes.

Y luego desapareció. Mi corazón latía rápido y atormentado, asustadizo de lo que acababa de suceder, me quise abofetear por haber dejado que me besara, mas no lo esperé no supe cómo detenerlo ni siquiera lo había imaginado.

De inmediato mis ojos empezaron a buscar a Lucian de manera desesperada, todos llevaban máscaras pero aquellos ojos verdes eran difíciles de confundir con cualquiera.

Entre empujones y molestias me abrí paso tratando de ubicar el lugar en donde nos habíamos despedido, empezaba a sofocarme y entrar en pánico de que me hubiera dejado sola en esta jungla llena de depredadores. Tropecé estúpidamente con un cuerpo más delicado que el mío, logré sostener a la mujer a tiempo antes de que se fuera de trasero, su máscara cayó al suelo descubriendo un pequeño y bonito rostro angelical.

— Lo siento. — hice una mueca de desagrado, ella se separó de mi negando con la cabeza.

— No te preocupes, suelo ser muy distraída — levanto su máscara y me regaló una pequeña sonrisa.

Tengo Sed de Ti - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora