Capítulo 35

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Capítulo 35


No lo aguantaba no más.

Mis pies se movían de un lado a otro, iba de aquí para allá mientras mis uñas eran drásticamente mordisqueadas por mis dientes. Lucian y Pet movían el rostro con forme yo me movía, como cuando juegas con un gato a que siga el movimiento de un ovillo o algo por el estilo.

— Iré. — dije tajante.

— No, Maggy, no lo harás. — repitió Lucian por cuarta vez y yo negué.

— Debo hablar con ella Lucian, no lo aguanto más. — gruñí pasando mis manos por mi cabello.

— Daniel te pidió algo, le prometiste que no lo harías.

— Antes de que enfermera y estuviera en cama toda la maldita semana, vomitando y mareándose. Esto... Esto es culpa de ella... Ella... Maldición. —tiré de mi cabello.

— Estás asustando al niño. — Pet frunció el ceño, tenía la trompeta salida sentado sobre las piernas de Lucian.

— Lo siento Pet... Mayi está un poquito ofuscada.

— ¿Fucada? — asentí aunque él no entendiera.

— ¿Romperás la promesa que le hiciste? Dime que conseguirás hablando con ella. — odiaba que él hiciera de mi consciencia cuando estaba claro que no lo era.

— Explicaciones Lucian, conseguiré las benditas explicaciones a todo esto. Además, un vampiro no se enferma ¿Te parece lógico que Daniel parezca enfermo? — volví a morder mis uñas.

Había sido una semana terrible, no solo porque Dan parecía deprimido, si no que cualquier cosa que probaba le caía mal, y no quería levantarse de la cama. Parecía moribundo, y la palidez no le ayudaba.

— El doctor dijo que no tenía nada, que todo era psicológico. — En vez de hacer todo lo que piensas hacer mejor quédate con él, o podemos ir si quieres...

— No. — le corté. — Nada de aparecerte en mi apartamento. — entorné los ojos y él ladeó la cabeza hacia un lado. — Espera... — entrecerré los ojos al ver su actitud sospechosa. — ya has ido a mi apartamento.

— Tenía que saber dónde vivías porque...

— ¡Lucian!

— Mayi.

— Pet. — dijo con gracia Lucian.

— ¡Ethan! — agregó Ethan saliendo de la cocina con una sonrisa en el rostro. — Pensé que estaban rehaciendo la escena de Shrek ya saben... ¡Burro!

Fruncí el ceño sin entender qué carajos hablaba Ethan, pero solo él parecía entenderse.

— Joder, algún día te haré ver buenas películas y dibujos animados. — el susodicho caminó hacia la sala sentándose al lado de su hermano y jugando con la cabellera rubia de Pet. — Bueno, yo opino...

— Tú no opines nada. — le corté.

—Auch... ¿Siempre es así de hiriente?

— Ni me lo digas... — Lucian se encogió de hombros.

— Par de...

— El niño Maggy, recuerda al niño.

Cerré los ojos sobando mis sienes, simplemente esto no podía estar pasando, la Bee que yo conocía no haría lo que se supone que hizo.

Haciendo uso de mis instintos y no precisamente de mi razón, tomé un pequeño morral lo colgué a mi cuello y me dirigí a la salida.

— Maggy. — Lucian tomó mi mano. — Piénsalo mejor.

Tengo Sed de Ti - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora