Capítulo 04

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Capítulo 04

— Llegamos — expresó Chase.

Mientras yo sentía una sacudida que me hizo trastabillar. Las náuseas aumentaron aquí contemplando la ciudad que tan malos recuerdos me traían.

— Creo que mejor debería regresar — me tapé la boca e hice el ademán de retroceder pero él me detuvo.

— Ya estamos aquí — sus ojeras eran notables parecían sacos de papas bajo sus ojos.

Me sentía extraña, ni bien puse un pie en la ciudad todo mi cuerpo había tomado una postura distinta, apresurada, como si mis propios pies quisieran moverse por sí solos y arrastrarme hacia no sé dónde, todo se había intensificado, mis latidos eran tan rápidos como si hubiera corrido una maratón y apenas habíamos viajado en tren por unas cuantas horas, la garganta me raspaba y estaba ansiosa.

— Tranquila —Chase dio un apretón mi mano y yo mordí mi labio inferior.

— No puedo, me siento extraña como si quisiera huir, como si mi cuerpo pidiera algo que no logro comprender — Sus ojos me miraron por unos segundos y luego negó — ¿Qué? ¿Qué pasa?

— El vínculo se hace más fuerte — murmuró pero pude oírlo. Mis ojos se agradaron y comencé a temblar, los ojos de Chase chocaron con los míos lanzándome una mirada de compasión — Él sabe que estas aquí.

— ¿De qué hablas Chase? — otra vez esa sensación rasposa en mi garganta llegó con fastidio. Comencé a dar vueltas mirando a todos lados... Él... Qué significaba eso.

— Lo siento Margaret debí suponerlo...

— Cállate Chase, solo acabemos con esto — tiré de su brazo ignorando el punzante dolor en distintas partes de mi cuerpo.

¿Qué me pasaba ahora? O mejor dicho que le pasaba a él ahora. No estaba preocupada, joder me importaba una mierda si moría hoy, más tarde o mañana, pero tenía un jodido asunto que resolver, todo lo que él hiciera me afectaba por lo que si moría yo también lo haría.

Era estúpido como el control ahora no me pertenecía del todo, se lo había cedido, de una forma inexplicable y estúpida. Sacudí mi cabeza para borrar aquellos pensamientos.

Busqué mi móvil y marqué el número de Daniel, lo tenía apagado y eso hacía que mi estrés e irritación aumentarán, me hallaba demasiado susceptible como para estar tranquila. Llamé a Bee y después de tres insistentes marcaciones por fin me contestó.

Hola Mag...

— ¿Dónde diablos están? — No la dejé continuar, escuché un largo suspiro por parte suya y ya la podría imaginar masajeando sus sienes.

Tuvimos un pequeñísimo percance — titubeó.

— ¿Qué tipo de percance?— Achiqué los ojos inconscientemente mientras me detenía a la salida de la estación. Chase me esperó, se le notaba cansado y como si no hubiese comido en días.

Daniel y yo nos quedamos dormidos, y digamos que se nos pasaron unas cuantas estaciones de tren. — todo comenzaba a dar vueltas otra vez. Más complicaciones ¡Genial!

— ¿Cómo que unas cuantas estaciones? ¿Dónde están Bee? Iremos por ustedes.

No lo creo Magga, sería una pérdida de tiempo. Estamos a tres horas de la ciudad, nos estamos quedando en un motel no es la gran cosa pero podremos descansar... Espera dijiste iremos ¿Estás aquí??¿Con quién? ¿¡Cómo te decidiste y sin decirnos nada!?— Bien, en definitiva es todo no me gustaba para nada, Bee y Daniel no estarían aquí hasta la tarde.

Tengo Sed de Ti - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora