Capítulo 26

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Capítulo 26

— ¿Margaret?

La voz del hombre era de total confusión, sonreí satisfecha mientras jugaba con la pequeña navaja de mano, hacía unas marquitas en la madera de la mesa mientras hablaba con voz dura y ronca.

— Debí suponer que reconocerías mi voz a la perfección Dimitri. — se hizo un silencio entre ambas líneas, esto resultaba más divertido de lo que esperaba.

¿Por qué estás llamando del teléfono de mi esposa? — su voz era dura nada titubeante, al contrario, parecía exigirme respuestas.

— Pues ya sabes, como tú no vas a visitarme vine a ver como estabas. — farfullé jugando con la navajas.

Ni se te ocurra...

— Eh, eh la que debe amenazar aquí soy yo. Vamos Dimitri, tranquilo, he venido en son de paz.

— No los metas a ellos Margaret, ellos no tienen idea de a que me dedico ni que tiene que ver contigo.

— Lo supuse. — chasqueé la lengua.

¿Qué quieres?

— Ves, ahora sí nos estamos entendiendo. — Yo no era de las personas que andaban amenazando o cosas por el estilo, pero debía admitir que esto era muy entretenido. — Quiero ver a Black.

— Bien supongo que tu padre también quiere verte pero debiste venir conmigo yo...

No tenía ni la menor idea de quien eras más que un simple loco que me seguía junto a su hijo, necesitaba averiguarlo por mí misma.

—Está bien, lo lamento. Pero debes entender que nosotros no somos los malos, tú estás rodeada de ellos y sin embargo los cuidados como si fuesen tu familia.

Entendí por su respuesta que se refería a los vampiros lo cual me dio a suponer que él podría ser un cazador además de hechicero.

— ¿Dónde lo veré? — fui al grano.

El viernes a las cinco te veré en la calle Rosset está algo alejada de la plaza principal, ve sola. — Pensé que sentiría algo de alivio, sin embargo la opresión en mi pecho hizo acto de presencia.

— Bien.— corté la llamada dejando el teléfono sobre la mesita.

Los ojos de la mujer tenían lágrimas aglomeradas, sentí pesar por ella sabía lo que significaba haber vivido engañada por la persona que querías. Ella se sentó sobre una silla fundada y tapó su rostro con sus manos, sus sollozos se hicieron audibles, me puse de pie acercándome cuidadosamente hacia ella.

— Debí creerle. — balbuceó. — Debí creerle cuando me lo dijo.

— Umm no entiendo.— ella fijo su mirada en mía, sus ojos estaban rojos y húmedos.

— Hace unos días vino un joven, también preguntó por Dimitri y dijo cosas extrañas... No entendía porque lo relacionaba con Black, no entendía porque quería saber dónde se encontraba mi esposo y luego dijo algo como que las cosas suelen ser distintas a lo que nos hacen creer... Y que Dimitri no estaba donde me dijo pero yo... — volvió a romper en llanto.

— ¿Un joven? ¿Qué joven? — interrogué angustiada. ¿Alguien más vino a buscarlo?

— No recuerdo su nombre, era muy alto, de tez muy clara, cabello corto. Era un vampiro, pude ver los destellos rojos dentro de sus ojos verdes pero no parecía ser... — mis pensamientos se desconectaron en cuanto mencionó el color de sus ojos.

Tengo Sed de Ti - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora