Capítulo 37

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Capítulo 37


<< Querida mejor amiga,
Cómo te explicaba esto, con quien hablaría de lo que me estaba ocurriendo justo ahora, de que mi corazón había vuelto a latir con la misma intensidad de antes y que amenazaba con salirse de mi pecho, como te explicaba que estaba aterrorizada de equivocarme una vez más, de que hubiera algo que lo arruinara todo. Cómo saber si tú también me juzgarías, si todo el mundo me juzgaría por lo que estaba pasando.

Lucian había entrado a mi vida otra vez... O quizás nunca se había ido, no del todo. Trataba de analizar de forma correcta, como era posible que la única vez que había hablado con mi padre; cara a cara, hubiera hecho que absolutamente todo cambiara, que volviera a cuestionar cada situación vivida y que cierta parte de mi ser lo perdonara.

Estaba confundida y tan desorientada, era como si hubiese estado dormida por mucho tiempo y recién despertara, con las emociones a flor de piel, con ese cosquilleo en el estómago de solo verlo y con esas ansias por estar a su lado.

Se suponía que ésta sería una carta de Feliz Cumpleaños, y créeme que soy malísima para estas cosas, pero que puedo decirte, ni siquiera estaba segura si me recibirías, ni siquiera tenía la certeza de si querías verme, te extraño, extraño a mi amiga la loca y pervertida, la pequeña Bee que siempre me sacaba una sonrisa y me hacía sonrojar. Extraño los momentos juntas y aún me lastima el que no quieras verme, el hecho de que quieras afrontar todo esto sola. Y a la vez me doy cuenta que no me he comportado como una buena mejor amiga, he estado tan metida en mis asuntos, tan presa de mis propios demonios que en cierto momento te perdí de vista, no sabía lo que estaba ocurriendo contigo ni siquiera tenía idea de que Enzo fuera tan cercano a ti. Solo espero de todo corazón que te encuentres bien y leas esto.

Atte: Magga.>>>

Leo y releo lo que acabo de escribir en mi móvil y siento el nudo en mi garganta aún más pesado, no sabía si ésta sería una buena idea, si enviarle una carta virtual a su buzón sería lo más correcto, pero no siempre hago las cosas bien así que con nerviosismo le di enviar. Hubiese escrito una carta a mano, si aún existieran carteros para que se la llevaran.

Dejé descansar mi cabeza sobre el respaldar de la cama y jugué con mis dedos sobre mi estómago, el sonido de la puerta hizo que rápidamente me pusiera de pie y caminara descalza hasta la entrada en donde un Daniel tambaleándose junto a una rubia, entraron a la pequeña sala.

Abrí los ojos como platos y permanecí estática al verlos. Nina reía igual que él mientras se sostenían el uno del otro para no caerse.

— ¡Daniel! —coloqué mis brazos en jarras sintiendo el ardor en mis mejillas. Nina levantó el rostro al escuchar mi voz, sus ojos azules se abrieron y una sonrisa socarrona apareció en ese rostro de Barbie de cuarta.

— ¡Margaret! — empezó a reír. — Uy, no sabía que también vivías aquí.

— Tranquila, ella pasa más tiempo... En otro lado que aquí. — bufó Dan y yo sentí mis mejillas arder, en dos zancadas me acerqué a ellos y tiré del brazo de mi hermano. — ¡Hey! — se quejó.

— ¿¡Dónde carajos estabas!? ¡Dijiste que estarías con Ethan!

— Tranquila muñequita, Ethan olvidó algo y yo me quedé con Dan a cuidarlo. — sonrió de lado.

— Pues viendo el estado en el que ha llegado no lo cuidaste muy bien. — empujé a Dan para que cayera en el sofá.

— Maggy me duele la cabeza. — gruñó él y yo solo quería golpearlo.

Tengo Sed de Ti - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora