Capítulo 24

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Capítulo 24

Mis ojos se abrieron de par en par, me mantuve mirando el techo por más de cinco minutos que en realidad pareció mucho más.

No quería levantarme de la cama, quería dormir por mucho tiempo pero aunque lo intentara mis cinco sentidos estaban completamente despiertos y nada me haría volver a dormir.

Escuché que abrió la puerta pase y una voz entre chillona y melodiosa resonó en toda mi habitación.

— ¡Estas son las mañanitas que cantaba el rey David... hoy por ser día de tu santo te las cantamos así! — mi ceño se frunció al ver a Bee con un pequeño pastel entre las manos. — ¡Despierta Magga despierta... Mierda ya despertaste! Maggy se supone que debías seguir dormida. — gruñó y no pude evitar reír. — Me saltare las mañanitas y pasaré al ¡Feliz cumpleaños para ti! ¡Feliz cumpleaños para ti!

Se recostó sobre mi cama con un pastel y una pequeña vela encendida, la miré con curiosidad y asombro. — ¡Feliz cumpleaños Magga gruñona! ¡Feliz cumpleaños para ti! Ahora pide un deseo.

— Bee sabes que esto es tonto.

— ¡Me esforcé mucho haciendo este pastel, no lo arruines ahora! — espetó con molestia. — Pide un deseo y sopla la vela.

Rodé los ojos y los cerré.

<<< Deseo ser feliz. >>>

Soplé la vela y Bee manchó mi nariz con la crema de encima, me quejé y manché su mejilla también. Un pastel... No recibía uno hace muchísimos años, desde que tenía once.

— Feliz cumpleaños Magga. — me abrazó y sentí tanta alegría por dentro que le devolví el abrazo con la misma efusividad.

— Guarden pastel para mí. — dijo Daniel en el marco de mi recamara, se estaba colocando una camiseta por la cabeza y yo enarqué una ceja mirándolo.

— Supongo que Bee ya te dio tu regalo por adelantado. — Daniel se sonrojó y Bee soltó una risita llena de picardía. — Iugh.

¡Dios mio!

— También te hice un pastel, no vengas a quitarle a tu hermana. — le soltó ella.

Dan se acercó hasta mi cama, tomó un poco de la crema y manchó mi mejilla.

— ¡Hey! — le quité el pastel y lo guardé con recelo. — mío.

— Y yo que venía a cantar el queremos que partan la torta. — dijo con una gran sonrisa y besó mi mejilla sonoramente. — Feliz cumpleaños enana. — mi corazón se llenó de nostalgia que fácilmente podría ponerme a llorar.

— Feliz cumpleaños enano. — lo abrace y él me estrujó con fuerza.

— ¡Quiero llorar! ¡Quiero llorar! — Bee se dio aire a los ojos y quise golpearla por arruinar el momento.

De pronto todo se volvió tan distinto a lo que esperaba, a lo que ya estaba acostumbrada. Mi cumpleaños era de los días más grises en todo el año, era siempre el recordatorio de la tragedia de mi vida, del comienzo de mi calvario, pero teniendo a Daniel, teniendo a Bee de esta manera, las cosas eran diferentes que lo volvían de colores. Mi pecho se llenaba de una felicidad tan temerosa de desbordar, porque sí, siempre que era feliz tenía miedo que se arruinara, sin embargo, por un momento, por este momento, me permití ser totalmente plena, tranquila y disfrutar de tener a dos personas maravillosas a mi lado.

(***)

Sonrientes bajamos al primer piso, aún me costaba acostumbrarme a ver a Bee y a Daniel juntos, mientras se abrazaban y besaban en la escalera, era algo incómodo pero tampoco sentía pavor de verlos.

Tengo Sed de Ti - IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora