Capítulo 29

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Su piel era muy blanca pero con esa tonalidad rosácea que no la hacía pálida, su cabello muy oscuro pero con las puntas unos tonos más claro y sus pecas eran graciosas pero parecían ir de acuerdo a ella, como si la identificaran. Tenía pestañas largas que se destacaban al mantener sus ojos cerrados, aunque estaba tentado a despertarla solo para ver que tan azules podrían ser sus ojos.

En dos palabras ella era la... Bella dama.

Con mi índice delinee su mejilla, estaba tibia y se removió ante mi toque. Tracé el contorno de sus labios y lamí los míos al desearla. Suspiré sabiendo que no podría despertarla, no, si se veía como una diosa solo durmiendo.

Salí de su habitación evitando hacer ruido, crucé por el cuarto de Nina para hablar con ella pero me retracte sabiendo que lo haría más tarde.

Un auto me esperaba afuera de la casa, me subí en este y cerré mis ojos tratando de combatir todas las horas que no pude dormir. Serían tres largas horas de viaje.

(***)

<<< — Me encantan. — sonrió Laurie tomando el ramo de orquídeas rojas. — Son preciosas mi amor.

— Lo mejor para la mujer más hermosa. — esbocé una extensa sonrisa, ella dejó las flores a un lado, vino a mí y se colgó de mi cuello besando mis labios con fervor, mi boca reaccionó rápido tomando la suya, mordisqueando aquellos delgados pero suaves labios que tanto me encantaban.

— Te amo... Te amo... Te amo.

— Yo sé que me amas. — bromeé besándola una vez más, mis manos disfrutaron de recorrer su cuerpo curvilíneo, la subí sobre mí y apretando su culo entre mis manos. — Y yo te amo a ti más que a nada en el mundo.

— ¿Prometes que será así siempre? Me prometes que no amarás a nadie más que sea a mí. — una grandiosa sonrisa llena de añoranza apareció en ese bello rostro, aquellos ojos celestes brillaban, su cabello rubio ondeado cruzaba entre mis dedos mientras la apegaba más, la deseaba, la deseaba a toda ella.

— A nadie más mi vida. — volví a besarla y la eché sobre la cama, rasgué el vestido blanco con mis dientes. Quería verla, tocarla, lamerla, amaba ver su cuerpo y cada centímetro de ella, lo tenía grabado en mi memoria, era tan digna de admirar.

— Te amo Dereck... — gimió mientras succionaba su cuello y mis labios besaban su piel con profundidad y salvajismo.

— Te amo Laurie. >>>

Suspiré y dejé las flores sobre la lápida, ni siquiera parecía que hubiesen transcurrido 87 años desde su fallecimiento, ni siquiera parecía que yo pudiera estar aquí como año tras año lo venía haciendo.

Cada vez que el nueve de Junio se acercaba, mi cuerpo y mente parecían reaccionar en contra mí, como si Laurie me arrastrará con ella para que sea miserable durante la proximidad del día de su muerte.

— ¿Qué haré contigo? — le dije a su lápida como un loco hablando a la nada, bebí un poco del vodka que solía guardar en un botella que llevaba siempre conmigo.

Yo sabía que todos teníamos demonios internos, que todos habíamos hecho alguna vez cosas de las que podríamos arrepentirnos. Laurie no era un secreto y aun así la trataba como tal, me encerraba en mí mismo para que nadie supiera que sucedía en mi cabeza, ni siquiera era capaz de hablar con Margaret sobre esto, no era vergüenza, era temor a que me juzgara.

Yo era consciente de los años que habían pasado, pero nadie entendería lo que se siente perder a la persona con la que has planeado una vida juntos, con la que sabes que estás destinado a estar, de quien estás profundamente enamorado y que además de ello fuiste capaz de sentir el preciso instante en que su vida terminó. Fue como si desgarraran mi corazón, como si me destrozaran de una manera inigualable y tortuosa.

Tengo Sed de Ti - IITempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang