—Oliver, gracias.

—No me las des, tú habrías hecho lo mismo por mí— claro e incluso si no le estuviera dando un ataque de ansiedad. Me digo mentalmente que me tengo que centrar, no puedo dejar que mis sentimientos me distraigan.

—Tengo que buscar a Sarah y hablar con ella. Lo que ha hecho no está bien, parece que no sea gran cosa, pero no está bien. También hay que sacar a toda esta gente de aquí. La fiesta se ha terminado— hago intención de irme, Oliver me coge del brazo.

—Yo me encargaré de Sarah, no te preocupes. Y aparte, no puedes echar a toda esta gente de aquí, no se van a ir. Además, el problema vendría si toda esta gente se va de golpe, imagina lo que podrían hacer si se enfadan.

—Vale, sí. Tienes razón— decidí seguir adelante con la fiesta aunque no se me olvidaría lo que hizo Sarah. Tal vez luego iría a hablar con ella para pedirle más explicaciones, eso si el alcohol no me nublaba la mente. Ya pasaba de todo, cada uno hacía lo que quería así que ahora me tocaba a mí.

Isaak seguía en la cocina, fui con él. Tenerlo cerca me hacía caer en la realidad y podía ver que la fiesta, a pesar de todo, estaba yendo bien, sin ningún incidente. Sarah estaba controlando a la gente de fuera y revisando que el concierto fuese bien. Así que seguí bebiendo y lo estuve haciendo un buen rato, hasta que el concierto terminó. No me acordaba cómo había terminado en una de las tumbonas del jardín, pero allí estaba yo, viendo como recogían los instrumentos y la gente entraba en casa viendo que el ambiente estaba allí dentro ahora. Una vez los chicos habían terminado, me vieron y se acercaron a saludar.

—Hola Allison, ¿qué tal hemos estado?— me preguntó Grayson esperando respuestas positivas.

—Voy a ser sincera con vosotros chicos. Por motivos personales no he podido estar mucho tiempo en el concierto, aunque por lo que he escuchado habéis estado geniales. Y creo que más gente se va a unir a vuestro club de fans— les miro sonriendo, pero me sale una risa tonta a causa del alcohol.

—Es una pena que no hayas podido escucharnos durante todo el concierto, te hubiéramos sorprendido y nos hubieras dado tu propia opinión no la que has escuchado de otras personas— me dijo Matteo algo decepcionado.

—Lo siento, prometo ir a veros actuar en el Tikki's lo más pronto posible— lo dije de corazón, me sabía realmente mal haberlos decepcionado. No los conocía mucho, pero eran muy simpáticos y no soportaba que pensaran que no me tomaba las cosas enserio.

—Genial— me dijo Simón sonriendo. Si digo la verdad, lo había echado de menos. Los otros se van dentro y me quedo con él en el jardín.

Simón era moreno, con el pelo del mismo color que los ojos, de un marrón intenso que parecía chocolate. Tenía algunas pecas esparcidas por el cuerpo, pero no tantas como Isaak. También tenía la mandíbula muy marcada y eso me gustaba. Llevaba puesto una camiseta negra, que le sentaba bastante bien, unos vaqueros y unas zapatillas blancas. Iba bastante sencillo, pero estaba muy guapo. Me quedé mirándolo durante lo que a mí me pareció poco tiempo, aunque noté que lo estaba incomodando así que aparté la mirada.

—¿Quieres hablar de los motivos personales que te han impedido vernos actuar?— Volví a mirarlo debatiéndome mentalmente si debía contarle o no.

No tenía muchas ganas de contarle mis problemas, pero el alcohol que llevaba encima me dio fuerzas para hacerlo. Se lo conté todo. Le conté lo de las listas de invitados, la postura de Sarah, la de Oliver e incluso le conté mi ataque de ansiedad y como cierta persona me ayudó a calmarme.

—No sé qué decirte, tu amiga Sarah no debió haber hecho eso. Podría haber tenido lugar algún accidente o tu padre...

—Sí, lo sé. Mañana tendré que hablar con ella, si me acuerdo— empecé a reírme sin ningún motivo.

— Y, ¿con Oliver tienes algo? —Paré de reírme de golpe al escucharlo, pero enseguida volví a reírme. —Lo digo por lo del beso, hay más formas para calmar a la gente en un caso así.

—Es Oliver, no podemos tener nada, es solo un amigo— ojalá pudiera decirle que Oliver me gustaba desde hacía tiempo. Si no se lo he dicho a Sarah ni a Isaak, no se lo iba a decir a él, por muy borracha que estuviera.

—Pues entonces Allison, vamos a bailar. Tú y yo.

Se levanta y me coge de las manos haciendo que yo también me levante. Caminamos cogidos de la mano hasta el centro del salón. Antes de ponerme a bailar paso mi mirada por cada rincón de la casa buscando algo que estuviera mal, pero todo parecía ir bien. Isaak seguía en la cocina, Sarah estaba hablando con Matteo y Oliver... No encontraba a Oliver. Me daba igual, por una vez en mi vida no quería pensar en él. Hacerlo siempre me causaba, en cierto modo, dolor. Desear tener algo que nos es imposible alcanzar no nos hace bien, pero aun así, seguimos intentándolo, una y otra vez. En este momento no, estaba a gusto con Simón así que iba a dejar de pensar en él. Bailamos alrededor de unas diez canciones. Ninguno de los dos sabía bailar, pero nos daba igual, nos dejábamos llevar por el ritmo de la música. Hasta ahora, todas las canciones que habían sonado eran rápidas, de las que no se necesita mucho contacto. Justo cuando decidimos dejar de bailar e ir a por unas copas sonó una canción lenta, la gente de nuestro alrededor buscó pareja y se pusieron a bailar. Pegados, muy pegados.

—Esto... Entenderé que quieras ir a ... Si quieres... —Simón se habías puesto nervioso. No dejaba de tocarse el pelo.

—Simón, me apetece mucho, en serio.

Cogí sus manos y las puse alrededor de mi cintura y luego yo puse las mías alrededor de su cuello. Nos movíamos despacio, al ritmo de la música sin pegarnos demasiado. Y en ese momento lo noté. Sentía su presencia, su mirada buscando la mía. Oliver no estaba muy lejos de mí y no me quitaba los ojos de encima. Yo le miraba a él. No podía descifrar qué era lo que se le estaba pasando por la cabeza. Lo único que pude ver era que él estaba bailando con Kate Johnson, la hija de la directora del instituto y mi compañera en Historia del Arte. Me estaba muriendo de celos. Apoyé la cabeza en el pecho de Simón y cerré los ojos, no quería ver nada. Una vez se acabó la canción los abrí, no debería de haberlo hecho. Oliver estaba besando a Kate, la tenía sujeta por la cintura y ella le tiraba del pelo. Me quedé mirando a Simón.

—Ahora sí que me vendrían bien un par de chupitos para alegrar más la noche.

Fui con Simón donde estaba Isaak y nos sirvió unos cuantos chupitos. Nos los bebimos todos de un trago, uno detrás de otro. Tuvimos que parar porque sus amigos lo vieron demasiado mal y decidieron irse para dejarlo en su casa. Se despidió de mí como pudo y me dijo que volveríamos a vernos. En cuanto a mí, se podría decir que estaba igual o peor que Simón, en cambio, nadie vino a por mí. Miré hacia donde había visto a Oliver antes y allí seguía, besándose con Kate. Sin darme cuenta estaba caminando en su dirección. Una vez estuve enfrente de ellos, tuvieron que separarse para prestarme atención.

—Oliver, tenemos que hablar es importante— me daba todo vueltas, pero no me iba a ir, ahora no.

—Ahora no puedo, estoy ocupado, ¿no lo ves?— señaló a Kate y ella sonrió. Me entraron unas ganas inmensas de vomitar. Cogí a Oliver del brazo y lo saqué al jardín, Kate no nos siguió y nadie se dio cuenta de que habíamos salido, o eso pensaba.

—Joder Ally, ¿qué mierdas te pasa?— me miró enfadado.

—¿Quieres saber qué es lo que me pasa?— Sin darme cuenta había empezaba a llorar, pero también me estaba riendo.

—Sí...— me dice algo extrañado.

—Oliver Parker, te quiero. Te quiero un montón, es más, yo diría que estoy enamorada de ti. Sé que es una locura, he intentado olvidarte un montón de veces, cada vez que estoy a punto de conseguirlo vuelves. Y ver cómo te besabas con Kate... Mierda, no se qué hago diciéndote esto. Tal vez es porque tengo la esperanza de no acordarme de nada mañana— lo miro y noto como le brillaban los ojos, pero no sabía en qué sentido, no me iba a quedar para averiguarlo. —Tengo que irme— antes de que pudiera dar un paso Oliver me había cogido del brazo, ya era la segunda vez esta noche.

—Allison...

No te enamoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora