— Bien entonces, se supone que debo ser el maldito mal tercio entre ustedes. — me crucé de brazos y ella frunció el ceño.

— No entiendo de lo que estás hablando.

— Oh por supuesto que entiendes maldita pervertida. — me crucé de brazos y ella abrió los ojos como platos haciendo que Dan sonriera.

— No te rías idiota. — gruñó ella.

Oh diablos... Bee acaba de insultar a Daniel... Esto es grave... Mucho más grave.

El aludido también pareció sorprendido por la forma en que ella reaccionó.

— Emma — habló él.

— Lo siento.— se disculpó rápidamente.

Él negó y se nos adelantó dejándonos atrás, Bee dio el primer paso para correr tras él pero la detuve.

— ¿Qué haces? — inquirí.

— Debo... Debo ir tras él. — parpadee un par de veces. — Lo insulté.

— Si y yo lo he insultado muchas veces. — puse los ojos en blanco.

— No lo entiendes, es como si fuera algo que tengo que hacer... Cómo mi deber. — musitó.

— ¿Qué dices Bee? —la noté nerviosa.

— Ya sabes, lo de amo y sumisa... Hay cosas que no quiero pero siento que es mi deber hacerlas.

— ¿Correr tras él es tu deber? Esto es tonto Bee, y deja de decir lo de amo y sumisa que solo se me ocurren obscenidades entre ustedes. — ella se sonrojó. — Debes calmarte Bee, no existe ninguna conexión entre ustedes como dijo Enzo. Ahora, tampoco tienes porque enojarte y tratarlo así, es su vida no podemos simplemente entrometernos.

— ¡Me pides que no me enoje por saber que Daniel se acostó con una puta! — se tomó del rostro. — Necesito aire Magga... Mucho aire.

Se alejó dejándome sola. Quería decirle que ese derecho no le pertenecía, que Dan no era más que mi hermano y su amigo y que aunque no nos gustara eran las decisiones que él tomaba.

Decidí seguir pero a mitad de camino me detuve abruptamente, llevé una mano a mi pecho sintiendo la horrible sensación de preocupación y temor. Algo no andaba bien, era como si de pronto toda mi tranquilidad hubiese cambiado instalándose un amargo sabor en la boca, por instinto pensé en Dereck en que algo no andaba bien con él y eso solo hizo que quisiera ir a casa corriendo.

(***)

Bajé del auto de forma apresurada mientras cuatros ojos a mis espaldas observaban dubitativos lo que hacía.

— Maggy ¿Qué pasa? — preguntó Dan pero yo sólo avancé hacia la entrada. Por lo menos ambos parecían estar menos tensos que antes.

Abrieron la gigantesca puerta y yo entré como Pedro por su casa. Me detuve mirando que todo alrededor estuviera bien, no había nada extraño... O mejor dicho no había nada, todo parecía tan normal y tranquilo que fácilmente podría dar escalofríos.

— ¿Dónde está Dereck, Rebeka? — La mesa del comedor parecía intacta, sin platos preparados para la cena.

— Tuvo un percance. — me voltee hacia ella. — Tuvo que salir.

— ¿Qué tipo de percance? — se encogió de hombros.

— No creo que Beka sepa eso Maggy. Tranquila no creo que le haya pasado nada a Dereck. — Daniel intento tranquilizarme con una sonrisa.

— Tranquila Magga, ya sabes lo que dicen.... Vampiro viejo da buenos orgasmos.

— ¡Eso que tiene que ver! — chillé sonrojada. Daniel soltó una carcajada y la pobre de Rebeka estaba evidentemente incómoda.

Tengo Sed de Ti - IIWhere stories live. Discover now