—Para mí eres perfecto, Scotty —le animé con una sonrisa mientras enredaba un brazo alrededor del suyo. Scott sonrió como si comentario fuese lo mejor que hubiera escuchado en toda la noche.

Bailé un rato con Scott, pero a él no le gustaba mucho la idea de hacer el ridículo frente a esas personas. Se disculpó conmigo cuando dijo que alguien le estaba llamando. Después de eso le perdí de vista. Genial, no está ni Stiles ni Scott.

Decidí ir a la mesa donde estaban las bebidas, habían bastantes alcohólicas y otras normales como jugo y soda. Tomé el cartón de jugo. Sentí mi celular vibrar. Dejé el cartón y busqué el aparato en mi bolso, era otra llamada de Derek. Suspiré y apreté el botón de ignorar.

—¿Problemas de chicos? —habló alguien a mi lado. Era la amiga de Heather, que hace un rato estaba bailando con un muchacho. Asentí levemente—. Querida, no sé qué ocurrió, pero no dejes que eso te arruine la noche —Danielle tomó el cartón de jugo y una botella con letras rojas. Volcó ambos contenidos en un vaso y luego me lo entregó—. Bébetelo. Hasta el fondo, cariño.

—No creo que sea una buena idea...

—Olvídate del chico por esta noche. Te mereces diversión, amiga —comentó con una sonrisa de lado—. Ahora bébelo.

No tenía muchas opciones. Nunca me ha gustado demasiado el alcohol, pero supongo que esa noche podía hacer una excepción. Dejar de pensar en la pelea con Derek, de la manada de Alfas, de Isaac herido, del corazón roto de Scott, del tío de Derek que me atormenta cuando puede, del padre de Allison que todavía me da miedo, de las mentiras que debo decirle a papá respecto a lo sobrenatural... Por un segundo quiero olvidarlo todo. Y si este vaso lo logra, no me importa.

Lo tomé hasta el fondo.

•••

El alcohol sí se empeñó en hacerme olvidar de Derek por unos segundos. Procuré no beber demasiado ya que sabía que tomar demasiado alcohol estando enojado o triste nunca era bueno. Estaba bailando con Scott, quien en un momento me pidió permiso para ir al baño. Como si fuera obra de un tercero, mi celular empezó a vibrar y la foto del Alfa gruñón apareció en mi pantalla. Cansada de que siga insistiendo y con valor que surgió del poco alcohol bebido, atendí.

—¿Quieres dejar de llamarme? Se me hace difícil intentar ignorarte si todo el tiempo me estás llamando —respondí cerrando los ojos, alejándome del comedor donde todos estaban bailando.

Sarah, sólo quiero... —un silencio—. ¿Dónde estás? —preguntó entonces, supongo que oía la música y los griteríos de las personas detrás de mí. Decidí ir a un lugar más tranquilo, caminé hacia la cocina, allí solo habían dos chicas besándose. Para darles privacidad, salí al patio trasero.

—En la fiesta de Heather, ya te lo había dicho —dije algo seca. Suspiré, no quería ser así de dura. Pero lo que hizo, el ocultarme por cuatro meses aquello de la manada de Alfa... Dolía, porque la única razón por la que no me dijera nada es porque no confía en mí.

¿Era hoy? —cuestionó, luego suspiró—. Mira, perdón por lo de esta tarde... Puedes... ¿Podemos hablar?

—¿Para qué Derek? ¿Para que me digas que no confías en que puedo ayudar? Porque eso ya lo dejaste en claro esta tarde.

—Oye, preciosa —escuché a alguien detrás de mí. Ignoré el comentario, tal vez ni siquiera era dirigido a mí.

Sarah, no es eso... ¿Con quién estás? —gruñó Derek al otro lado de la línea. Rodé los ojos.

Paranoia [Teen Wolf]Where stories live. Discover now