Capítulo LV

944 68 19
                                    


El vuelo me cansó mucho más de la cuenta y tardo tanto mientras muchas cosas pasaron por mi cabeza, recordé a Matteo, en que nunca hable con él y no sé que pasaría en este mes lejos de él. Pensé en los chicos, que a pesar de que los acabo de dejar ya los extraño más de la cuenta. También en Camila, que apenas comienza a adaptarse a nosotros y comienza a compartir con nuestra familia.

Cuando el taxi se detuvo en la dirección que mi padre le indico, espere pacientemente que bajaran el equipaje mientras observaba a mi alrededor, el edificio se veía lujoso, bastante a decir verdad. Los ventanales me hacían creer que desde allá adentro se brindaba una vista maravillosa.

Sentí la mano de mi padre apoyarse en mi hombro y una sonrisa apareció en mis labios.

—Vamos cariño, Martha debe tener la comida lista y enfriándose—sonrío acomodando sus gafas, tomo las maletas y me miro—. Debe estar ansiosa por verte. Te ha echado de menos.

—Y yo a ella—sonrío mientras sigo sus pasos—. He extrañado mucho compartir con ambos.

—Pues, me parece perfecto que disfrutemos de estos días que estarás aquí—sin decir nada, caminamos juntos adentrándonos por la puerta principal del enorme edificio. 

—Está muy lindo—afirme mirando a mi alrededor—. No sabía que te habías cambiado de edificio.

—¿No te lo dije?—negué—. Creí haberlo hecho.

—No lo hiciste.

—Lo siento. Es que con todo lo que está pasando, últimamente no he tenido cabeza para pequeñeces, he estado algo estresado—suspiro presionando el botón pidiendo el ascensor y me miro—. Tú madre me dijo que tenias novio.

—¿Qué?

KHE

—Sí—asintió mirando su reloj—. Llegamos perfecto a la hora de la cena—volvió a mirarme—. ¿Cuando pensaba mi princesa decirme que le habían robado su corazoncito?

—No tengo novio papá.

—¿Pero cómo así, Nina?—pregunto cuando las puertas se abrieron. Entre tras él—. No me digas que solo estaban saliendo sin compromiso, sin tener... ¡Dios! ¡Eras la amante!

—¡Shh! ¡Papá por favor!— miré para asegurarme de que estábamos solos—. ¡No soy su amante, ni su novia! ¡No somos absolutamente nada! ¿Lo entiendes? ¡No estoy enamorada, y no me han robado el corazón! 

—Pero tu mamá...

—¡Mi mamá nada!—brame, cruzando mis brazos—. Mi madre no sabe nada.

—¿Y no piensas contarme?

—¿A qué piso vamos?

—Nueve.

Sin responder a nada, solo presione el botón y di un paso hacía atrás.

—¡Detengan el ascensor, por favor!—se escucho desde afuera—. ¡Deténganlo!

—Pero que desesperado es este chico—rodó sus ojos divertido, interponiendo su mano en las puertas para que este se detuviera. Cuando abrieron por completo, se dejo ver el chico que había gritado antes—. Tenias que ser tú. Debí suponerlo.

Amor Oculto,  Mattina SLWhere stories live. Discover now