Capítulo III

2.1K 87 20
                                    

Hoy es domingo, y sin tener nada que hacer, quede con Gastón y Simón en ir al Roller a patinar un rato. Y así despejar la mente luego de tanto caos en casa. Tome mis llaves luego de darme mi ducha larga y salí rápido hacía mi auto. No tarde en llegar, y al entrar al Roller logre visualizar a mi amigo sentado a unas cuantas mesas mirando su celular, me acerque y me senté frente a él. Cuando sintió mi presencia puso sus ojos fijos en mi.

—Hey bro, ¿cómo estás?— me saludo dejando su celular a un lado sobre la mesa —. Pensé que habías olvidado que habíamos quedado aquí.

—Sabes que siempre cumplo con mi palabra hermano, ¡Me ofendes!— negué riendo, mientras inspeccionaba el lugar —. ¿Y Simón, dónde está?

—Está atendiendo unas mesas, no se. Dijo que ya vendría.— resto importancia, mientras tomaba del batido que tenia frente a él —. Ya sabes, como es todo aquí.

—Si que lo se.

—Hola hermanito ¿Cómo estás?—dice ocupando el lugar frente a Gastón y a mi derecha —. Matteito, bonito.

Gruñí al escucharlo. Él sabe cuanto odiaba que me llamara así.

Simón trabaja hace algunos meses en el Roller de mesero y ayudante de pista, además de ser uno de los integrantes de la Roller Band.

Y Gastón... tiene salud que es lo importante.

—Bien ¿vos?...¿Que hacías?— le pregunte mirando la bandeja que traía con él.

—¿Que crees Matteo? Estoy en hora de trabajo...—contesto —. Es más, ¿van a querer algo más? Ya me tengo que ir. Necesito terminar de entregar el turno.

—Si, un licuado de naranja.— dice Gastón con la mirada fija en la pantalla de su celular.

—¿Otro?— pregunto Simón, ya de pie.

—Sí.

—Yo de frutilla, como siempre.— sonreí.

—Tú siempre tan tradicional Matteo.— burlo Gastón.

—Que onda contigo, ¿puedo saber que fuera de lo convencional tiene la naranja?—contrataque.

—Me voy antes de que empiecen. Ya vuelvo con sus pedidos.

—Por fin mañana comenzamos nuestro último año en el Blake.— dice Gastón posando su vista sobre mí —. En realidad, ya me aburre todo esto. Lo mismo de siempre. Ya nunca más salimos de lo convencional. Hace falta, ¿no? Echarnos una escapadita.—rió.

-SÍ men, la verdad ya estoy cansado de ir. Ya tengo mil planes listos, solo me falta terminar el Blake.

—Y yo. Tengo muchas cosas en mente.

—Un año Gastón. Un año.

—Acá están sus licuados.— dice colocando sobre la mesa un par de vasos con nuestras bebidas para luego sentarse —. ¿De que hablaban?

—Que mañana por fin comienza nuestro último año en el Blake.— dice Gastón riendo.

—Hablando de eso ¿Les conté que me inscribí en el Blake?—dice Simón logrando que Gastón gracias a la sorpresa de sus palabras le escupa su licuado encima —. ¿Qué haces, Gastón?— dice levantándose.

—Perdón hermano fue sin querer.— dice Gastón aguantando las ganas de reír. ¿Y quién no? Si esta todo empapado de licuado y su rostro se torno color naranja por el sabor de este.

Intente aguantar las ganas de reír pero al mirarle no me pude contener y comencé a reír a carcajadas.

Su cara era un maldito poema.

Amor Oculto,  Mattina SLOù les histoires vivent. Découvrez maintenant