Capítulo XXI

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Mientras esperabamos a que el pedido estuviese listo, llego Gastón con las entradas en mano para ver la función. No era del todo mi favorita, porque en realidad sentía que había mucha ficción en ella, aunque me dijeran que era real. No era mucho de creer en esas cosas. O por lo menos, como siempre lo decía. No hasta que no viera nada.

-¿Qué les parece el pretendiente de Nina?- rió Gastón.

¿Cuaaal?

¡Ah! ¿el chico de allá atrás?

Eso es ridículo.

-Es un desconocido, no un pretendiente.- mire las entradas que me había entregado -. Son personas con las que no te vuelves a topar nunca más.

Celos de tus ojos cuando miras a otros chicos, tengo celos♪

No lo son.

-¿Qué te pasa hermanito?- rió Simón dándome un par de palmaditas en mi hombro derecho.

-¿Será que esta celoso?- dice Gastón divertido.

-¿Celoso yo?  - pregunte y el asintió -. ¿Qué eres estúpido, acaso? Claro que no lo estoy, ni tampoco tengo porque estarlo.- digo serio-. ¿Qué te parece  a ti el pretendiente de Luna?

-No es su pretendiente.- exclamó Gastón.

-¿Ves? Aquí el celoso eres tú- sonreí victorioso -. Voy donde las chicas.- les avise para luego comenzar a caminar con dirección a donde ellas están.

La verdad no me gustaba nada este tira y afloja que traían los chicos. Eso de sacarnos los trapitos al sol no era muy de nosotros. Y se que si nos seguíamos molestando terminaríamos discutiendo.

-Deja de cuidarla, que no te la van roban.- burló. Seguí mi camino no sin antes mostrarle mi dedo medio.

¿Cuantas veces debía repetirle que a mi Nina no me gustaba? Sí. Me parece una chica sumamente inteligente, y muy simpática. ¡pero no me gusta! Incluso nunca me ha probocado más que ternura.

Ya tras ella. La escucho hablar.

-Bueno, si es está guapo.- dice ella, aun dándome la espalda. Verga.

-¿Quién está guapo?- pregunte con intriga. Digamos que un toque de curiosidad también pues.

-El chico de hace un rato, el pretendiente de Nina- dice Luna divertida.

-¿Tú también?- pregunte irónico -. Que es un desconocido tonta. No un pretendiente.

-Eso mismo intento decirle yo.- dice Nina nerviosa.

-En serio, espero los volvamos a ver.- rió la rubia.

-Nah, tampoco es para tanto. Ni lindos estaban.

-Si que lo es.- dice Luna.

No dije nada. No opine nada.

Las deje hablar a ellas solas hasta que llegaran los demás. Mientras, yo veía cualquier estupidez en el teléfono.

Me mantuve ocupado por unos largos minutos. Dando like a una que otra foto que me gustaba y haciendo tiempo a que Gastón y Simón volvieran a unirse a nosotros.

Suspire, con desesperación cuando los vi acercarse.

-¡Hasta que por fin! ¡Que me quedo dormido aquí!

-Exagerado- burlo Gastón -. Como siempre.

Sin hablar más ni opinar comencé a caminar hasta la sala. Sentía sus pasos siguiendo los míos así que no fue necesario voltear para saber que venían conmigo. Buscamos lugares en la mitad de las sillas. Siempre lo dije y lo sostengo, es el lugar para ver la pantalla perfecto.

A una distancia muy buena. Bastante considerable.

Tome el primer asiento que vi, y Nina que era la que más se acercaba a mis pasos, se sentó a mi lado. Junto a ella, Gaston. Siguiéndole, Luna, Simón y Ámbar. Me acomode en el asiento porque, aunque no era muy fanático de este tipo de películas, si iba al cine, era a verlas.

Así que centre mi mirada en la pantalla cuando las luces se apagaron dejando en total oscuridad la sala. 

La película estaba interesante. Muy interesante. Me concentre muchísimo en verla y no perder detalle alguno de la cinta. Llevaba palomitas en el puño de mi mano a la boca, y luego un sorbo de soda. Así se me habían pasado más de cuarenta minutos.

Comiendo. Comiendo. Y comiendo.

A vaina buena.

En la pantalla, apareció de golpe una imagen soltando un estruendoso grito que aunque no me asusto si me hizo sobresaltar un poco. Aunque trate de sobrellevarlo para que los demás no lo notarán. 

Uno más.

Y Nina ya estaba dejando caer sus palomitas al piso.

Mire al piso. Luego a ella.

Lo mire confundido. No se veía bien. Definitivamente no era la Nina que entro hace cuarenta minutos por aquella puerta. Se veía pálida, y estaba encogida en aquel asiento.

¿En serio, Simonetti?

-¿Ocurre algo?- le susurre bastante bajo. Porque claramente, estaba prohibido hacer ruido.

-Estoy bien. Gracias-asintió repetidas veces. Alcé una ceja mirándola, detenidamente -. En serio.

-No te ves bien, Nina- negué, rascando mi nuca nervioso -. ¿Quieres que salgamos de aquí?-la mire,intentando comprender que sentía en ese momento.

-No, no. Es solo una película. ¡No me puede dar miedo,no!

-¿Segura?

Estaba mirándola atento. Cuando veo que se sobresalta y su piel se eriza de golpe. Quede como aquel niño del meme con el signo de interrogación en la frente: ?

-¡Joder! ¡Demonios con esto!

Solté una risita al escuchar una grosería salir de su boca. 

-Quieta. Que no saldrán de la pantalla a poseerte- comente divertido, tomando su mano como un gesto para calmarle y hacerle saber que nada de eso era real. Al menos no en este momento.

Le di un apretón, para hacerle saber que aun estaba ahí.

-¿Mejor?

-Si, gracias.

-De nada.

***

No se si les este gustando el cambio que estoy haciendo.

¡A mi si!

No es perfecta. pero no esta mal, ¿siono raza? JAJAJAJAJJAA


Amor Oculto,  Mattina SLWhere stories live. Discover now