Cuando llegue, busque a Luna después de preguntarle a Nico por ella. Cuando llegue a las mesas cerca de la pista vi a Luna sentada en una, mirando a todos lados. Quizá esperándome.

-Hola.

Dejo de buscar lo que sea que buscaba y me miro con una sonrisa.

-Pensé que ya no llegabas. Me tenías preocupada.

-¿Por qué?- me senté justo al frente de ella.

-Nina necesito decirte algo.

-¿Que ocurre Luna? Me estas asustando un poco.- me removí incómoda. Mucho más cuando aquella sonrisa maliciosa se deslizo por sus labios. La mire con cara de; ¿Que tramas perra?

-¿Qué?- pregunte ya inquieta.

-Nina, Ninita, Ninota.- dice aún sonriendo.

-¿Qué quieres Luna?- le volví a preguntar reacia. 

-Vamos al cine con unos amigos.- dice tranquilamente. La mire de golpe.

-¿Qué? ¿Qué amigos Luna?- le pregunte un poco alterada.

-Ámbar, Simón, Gastón y Matteo.

Negué repetidas veces.

No.

Me negaba a ir.

Por Ámbar.

Incluso por Gastón.

Pero sobre todo por Matteo.

No quería verlo.

No se porque. Solo no quería.

-No, lo siento Luna pero no quiero ir.- digo en confianza -. Esto es totalmente absurdo.

-¿Por qué no quieres ir?

-No sé, solo inventa algo por mi, ¿si? Diles que me enferme o algo así.

-Vaya, me sorprende bastante que la gran Nina este diciendo mentiras.- Dice una voz a mis espaldas -. Pensé que no te gustaran esas cosas..

Oh, oh, mataré a Luna por no decirme que me estaban escuchando.

En serio.

Voy a matarla.

Al voltear estaban todos, mirándome expectantes.

¡Carajo!

Quizá pensando; pobre estúpida.

O, está loca está chica.

Mire a Luna queriendo decirle con mis ojos; te matare.

-No estoy mintiendo Matteo. ¿Qué dices? 

-Que te estamos escuchando Nina.- soltó una risita, juguetón -. Venga, ¿por qué no quieres ir?

Piensa. Piensa. Piensa.

Ete, ete,hasta cuando, cuando mucho.

-Nunca dije que no quería ir.- me defendí.

-Pero quieres mentir para no hacerlo.- objetó, aun con diversión -. No sabía que tan poco nos querías.

-Es que no es que no quiera. Solo que no puedo.

Soy muy mala para mentir.

Y por la sonrisa que se ensancho es sus labios, él lo noto bastante rápido.

-¿No puedes o no quieres?

Todos me miraban.

Y luego a él.

Y luego a mi.

Expectantes.

Esperando una respuesta.

-Es que... ¡no mentí! ¡Solo tenia que cuidar al pez de mi vecina, e iba a estar ocupada toda la tarde..!

Me callé al escuchar lo que dije.

¿En serio?

¿En serioo?

No mames, ¿que pasa conmigo?

¿No

tenia

algo 

más

estúpido 

para 

decir?

-¿Qué cosas dices, por Dios?- suspiro Simón -. ¡No puedo creerlo! ¡Ni siquiera vecinos tienes! ¡Ni mucho menos cuidaras ningún pez!

-Nina, yo soy tú vecina. Y no tengo peces. O por lo menos no con esos cuidados.-dijo Luna.

-Mejor, ya vayámonos no.- me levante de la mesa -. Solo porque no tengo una buena excusa formulada.

Derrotada porque no forme un buen plan para huir de todo esto. Abarrotada porque aunque no lo quería no supe negarme.

-Perfecto eso.- sonrió Gastón victorioso.

Me debatía y pensaba muchas cosas. Que tan bueno era haber aceptado, que tan buena seria esta tarde o peor aun, como seria estar dónde mismo estaba Matteo por tanto tiempo. Esto no seria nada fácil. Pero por ahora, solo tenia que seguir con lo que sea que estuviese pasando.

Mire el auto de Matteo.

Lo mire con cierta curiosidad así que lo pregunte;

-¿Cómo vamos a entrar todos?

-Iras adelante conmigo. Las parejitas van detrás..- me sonrió Matteo, y abrió su puerta y se monto en el puesto delantero -. Los pendejos van detrás.

-¿Debería ofenderme eso?- pregunto Gastón abriendo la siguiente puerta.

-A ver, perate tantito,  no entendí...¿Cómo vamos a ir cuatro en tres asientos?- frunció el ceño Luna.

-Si cabemos. Ámbar irá en mis piernas.- le explico Simón.

-Ah ya entendí...¿Y Nina?

-Conmigo.- dice el castaño desde el interior del auto. Una sonrisa landina apareció entre sus labios -. Ven. Sube ya.

Mire a los demás y luego a él.

-Sube antes de que te haga ir en el maletero.

Entorne mis ojos. Subí.

-No bueno, que considerado. Gracias.

El puso el auto en marcha, miré por la ventanilla y ya el sol empieza a ocultarse haciendo que la sola imagen frente a mis ojos me pareciera hermosa. De pronto quise traer mi cámara conmigo y no desperdiciar la hermosa vista hoy. Había personas riendo sentadas en las bancas y algunos chicos tomados de la mano y aparentemente felices.

Miré hacia atrás y los chicos tienen una platica muy entretenida, pose mi mirada sobre él y soltó una sonrisa.

-¿De que te ríes?- fruncí el ceño.

-De que los chicos haya atrás llevan una platica muy divertida y nosotros ni siquiera estamos hablando.-  comento con diversión y me lanzo una mirada rápida -. Están locos, no tengo duda de nada.

-No tengo nada que objetar a eso.- comente, soltando una risita.

-¿Que traes hoy?

-¿Cómo?

-Osea, fuera de mal plan.- comento mirando la carretera -. No sé. Te ves linda hoy.

Y, ¡boom!

Nina acaba de caer al piso.

De derretirse.

De sonrojarse.

De morirse y achicarse sobre aquel asiento.

Me sorprendió.

Me sorprendió muchísimo escuchar esas palabras salir de su boca.

Te ves linda hoy. Te ves linda hoy. Te ves linda hoy.

-Gracias.

****

Bonitas madrugadas;)

Amor Oculto,  Mattina SLWhere stories live. Discover now