Potion ×Yoonmin×

Final (Pt.3)

El mundano abrió sus ojos con la sensación de la claridad chocando a sus párpados. Escuchó otra respiración tranquila a su lado y un brazo apretando su cintura, reteniéndolo en la cama. Suspiró y miró al hechicero que plácidamente dormía con una expresión tranquila y serena. Mirarlo mucho tiempo le provocaba cosquilleos infinitos y repiqueteos inquietos dentro de su corazón. Con sus dedos quizo sentir por última vez la suavidad de la piel de aquel pelirrojo que lo había condenado al amor. El contacto con sus yemas le provocaba cierto dolor al pensar en que debía abandonar y dejarse ir de aquella protección que le era brindada, a pesar de las palabras que la noche anterior le había dicho el pelirrojo dejándolo consternado, era su momento. Depositó un sutil beso en el cabello desordenado, en la punta de la pequeña nariz y en el cachete de Jimin.
El hechicero pareció moverse y aflojó su agarre. Yoongi aprovechó para deslizarse bajo el agarre, y Jimin volteó y abrazó a su almohada.
El rubio más tranquilo se dirigió a la salida de la habitación, dio una ultima mirada y susurró.

—Gracias por todo. Te... Quiero. —Con dificultad cerró la puerta tras su espalda.

Que pena el no saber que Jimin estaba despierto y se dispuso a escapar por una puerta trasera que jamás le había mostrado al mundano.

Oh no, Min Yoongi no iba a irse fácilmente. Al menos Jimin estaba dispuesto a no dejarle el camino fácil.

~

—Lamento que se hubiera enterado así... —Yoongi había sido encontrado por el padre de Jimin y se sentía muy incómodo.

—Yo ya sabía muchacho. —Le dijo el señor Park con despreocupación—. Espere por ti muchos años.

— ¿¡Cómo!? —Lo admitía, esa noticia le había tomado por sorpresa al mundano.

—La persona que guiara a Jimin en la búsqueda de su ser.

—Me siento estúpido por no entender señor Park. Yo, la verdad es que... Es que... —Yoongi no parecía encontrar las palabras correctas para unirlas en una oración coherente, así que el señor Park se encargó de contarle en resumen a lo que se refería.

—Jimin necesitaba un impulso para descubrir quién es, como a su vez encontrar su poder en este mundo...

—Comprendo.

—Pero este niño lo va a dejar ir... —Fueron unas palabras susurradas por lo bajo de parte del padre de Jimin, pero Yoongi después de todo había quedado con una pequeña sensibilidad, luego de ser conejo, así que podía oír con mejor precisión.

Decidió ignorarlo, el señor Park lo dejó ahí en aquella taberna en espera de unos cinco minutos. Cuando regresó le tendió un papel.

—Para que regreses a tu hogar, a tu mundo. —El señor Park le tendió un papel que contenía un gráfico de mapa sobre el pueblo, y un pasaje de tren.

—Gracias. —Min Yoongi no tenía ya mucho que decir, no quería que el padre de la persona que estaba amando, en secreto, notara la tristeza que se le atoraba como un nudo en su garganta.

—Ve con cuidado...

—Proteja a Jimin, se lo ruego. Es alguien que requiere de cuidado.

—No debes preocuparte hijo, sabes, Jimin ahora es más fuerte... Gracias a ti. —Yoongi le dedicó una pequeña sonrisa.

El padre de Jimin se giró para salir de detrás de la barra, posó sus manos en el hombro del pequeño rubio que se sintió diminuto al lado del hombre con gran porte, pero este solo le transmitió agradecimiento mediante un abrazo fuerte y cálido, un abrazo paternal... Uno que siempre deseo, y nunca obtuvo ni esperó por él en tal momento.